El mayor incentivo económico para las instituciones culturales de Guayaquil fue derogado.

La ordenanza de fomento a la cultura entregaba hasta $340.000 a 12 instituciones culturales. Se derogó dos años después de la pandemia por pedido de la Directora de Cultura, la cual alegó la limitación de aforos para eventos públicos.

Por Jéssica Zambrano Alvarado*/ @hypheralice

El 14 de abril de 2022, la alcaldesa Cynthia Viteri derogó la ordenanza de fomento a la cultura en sus distintas manifestaciones que fue hasta 2021 uno de los mayores incentivos que recibían distintas instituciones culturales de la ciudad: Entregaba $340.000 a 12 organismos culturales de Guayaquil. 

El sustento de dicha derogatoria es una carta de Helen Constante, quien estuvo en el cargo de Directora de Cultura del Municipio de Guayaquil entre el 15 de septiembre de 2021 y el 16 de abril de 2022. La carta está fechada el 21 de febrero de 2022. En esta, Constante solicita la derogatoria considerando las restricciones ocasionadas por la pandemia del COVID-19 y sus variantes. 

En el documento, la funcionaria detalla que la pandemia “se traduce en aforos permitidos, lo cual es fundamental para poder expresar el arte en la comunidad guayaquileña, por lo que no se ha podido cumplir en la actualidad con los objetivos para lo cual fue expedida la Ordenanza citada”. 

Este argumento surge, a pesar de que habían pasado dos años de la primera etapa de la pandemia. Aunque hubo un rebrote que volvió a fijar los aforos en el 50 % de lo permitido, entre enero y febrero de 2022. Sin embargo, en marzo, cuando Viteri deroga la ordenanza, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) ya había anulado las restricciones de aforo en vísperas de la Semana Santa, luego del último informe epidemiológico de la ciudad, “con el objetivo de beneficiar la reactivación económica”, según lo reportó la página de la Alcaldía en esa fecha. 

Esta posible reactivación económica no tuvo las mismas consideraciones para el sector cultural al derogar la ordenanza que regía desde 1994. La derogatoria entró en vigencia en el Registro Oficial el 25 de abril de 2022, días después de que Constante salió de la Dirección de Cultura. 

Según la derogatoria, “los recursos económicos que se destinaban para financiar la Ordenanza de Fomento a la Cultura en sus Distintas Manifestaciones, serán redistribuidos dentro del presupuesto del Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Guayaquil, de conformidad a las normas aplicables”. 

Desglose de Ordenanza de Fomento a la Cultura publicado en la carta que solicita su derogatoria en 2022.

Las instituciones culturales que recibían estos fondos dicen que la decisión no fue comunicada de manera previa y a pesar de que la derogatoria se hizo durante 2022, el 2019 fue la última asignación para la mayoría de instituciones porque en el caso de algunas instituciones públicas, como el Conservatorio Antonio Neumane, esta llegó tarde. 

En 2020, con la pandemia, la asignación no llegó. Su ausencia estuvo rodeada de silencio y de explicaciones con los gestores culturales. A esto se suma que el uso de la ordenanza no estaba necesariamente ligada con la gestión de actividades públicas, sino con procesos de creación y sustento de los espacios. 

Zona Escena, agrupación dedicada a la investigación, creación, formación y gestión de y para las artes escénicas en Guayaquil era desde 2016 una de las organizaciones beneficiarias de esta ordenanza, con un monto de $30.000. Su director, el artista escénico Jorge Parra dijo que “en la Pandemia hubo un silencio de parte del Municipio y ausencia de respuestas a tiempo sobre las consultas respecto a la ordenanza, posteriormente se nos indicó extraoficialmente que todos los recursos estaban destinados al apoyo de la emergencia sanitaria en pandemia”. 

Esta agrupación utilizaba los recursos para los costos de producción del Fiartes-G y Fragmentos de Junio en varias salas de la ciudad, además de desarrollar una producción colectiva de manera anual.  Durante la pandemia, la agrupación desarrolló Fragmentos de Junio de manera virtual. A pesar del silencio de las autoridades de Cultura intentaron sostener su labor. El silencio fue prolongado y tuvo respuesta solo después de la derogatoria. 

Fotografía de Javier Paz. Fiartes-G y Fragmentos de junio 2018. Cortesía de Zona Escena.

Martha Rizzo, actual directora de la Casa de la Cultura Núcleo Guayas y una de las beneficiarias de la ordenanza desde su promulgación en 1994, dijo que conoció de la derogatoria luego de enviar un oficio al Municipio. La respuesta llegó de la misma manera el 14 de abril de 2022, en la Gaceta Oficial No.47, el día de promulgación en el Registro Oficial. 

“Desconozco si a la anterior administración de la CCENG le fuera notificado antes, ya que no existe documento alguno al respecto ni consta en ningún archivo anterior”, dijo Rizzo, quien asumió la dirección tras un proceso electoral postergado, en febrero de 2022. En el caso de esta institución, los fondos se utilizaban para las áreas de valor agregado como para mantener salones de pintura y memoria. 

El Conservatorio de Música, institución que también recibía el fondo desde los inicios de la promulgación de la ordenanza, fue beneficiaria hasta 2018, pues en 2019 el presupuesto redujo sus posibilidades de ejecución de abril a octubre; sin embargo en el proceso de asignación cambió varias veces de fecha, llegando a agosto, lo cual impidió la posibilidad de recibirlo y ejecutarlo pues, según una ex funcionaria de la institución, el rector alegó no poder gestionar dichos fondos de manera improvisada. 

El siguiente año llegó la pandemia y con ello las prioridades cambiaron.

Hasta la fecha no se conoce una alternativa para esta ordenanza, a pesar de que otros gestores podrían cuestionar los modos en los que se accedía a esta: a través de la presentación de una propuesta al Municipio y mediante la aprobación del concejo municipal. Posiblemente, en una nueva gestión de gobierno se deba retomar una asignación de fondos necesaria para distintas instituciones, así como el proceso de accesibilidad y alternabilidad. 

Nota

La foto de portada pertenece a Jéssica Zambrano Alvarado.

*Jéssica Zambrano (1990). Periodista y feminista. Magíster en Periodismo Digital. Es cofundadora de Indómita Media. Usa el ciclismo y el buceo a pulmón para hilar sensaciones del cuerpo con historias cotidianas. Trabajó como periodista de cultura en Diario El Telégrafo y editó la sección de Arte y Cultura con el suplemento cultural Cartón Piedra.

*Esta es una colaboración para la redacción de Cultura en Renglones.

*Las opiniones expresadas en este texto son de exclusiva responsabilidad de su autora y no representan la posición del Observatorio.

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