La IA en la producción artística: nuevas dimensiones para prácticas artísticas, o amenazas para la autenticidad en la red. [1]

Por Geovanny Chávez*/ @hsgabo

El 30 de diciembre del 2022, Craig Bourke, un usuario del grupo público de Facebook “AI Art Universe”, hace una publicación explicando cómo pudo producir, de forma autónoma, la trama y fotografía de una película hecha en ChatGPT para producir el texto, y Midjourney para las imágenes. 

La película, según lo menciona, se produjo a partir de las imágenes generadas por Midjourney, y la historia que ChatGPT podía concluir de estas, llamándola “DONIPAGER: The Copy Machine”. En la historia, escrita por una IA, se cuenta el drama de un físico de partículas llamado Grant, quien, al hacer experimentos en dimensiones alternativas, se enfrenta a una copia de sí mismo, el cual intenta tener la identidad de Grant. [2]

“DONIPAGER: The Copy Machine”, Craig Bourke (2022).

Pocas semanas antes de esta publicación, las principales redes sociales de ilustraciones como Artstation y Devianart realizaron protestas digitales en contra del uso de inteligencias artificiales dentro de estas páginas, alegando que las herramientas para la generación de imágenes y entrenamiento que poseen utilizan conjuntos de datos que contienen trabajos artísticos de ilustradores sin su consentimiento o alguna compensación [3], ligando la protesta no solo a la cuestión ética o de autoría que puede tener una IA, sino también a la relación económica/empresarial que implica su uso: “Este no es un movimiento “anti-IA”. Este es un movimiento para “mantener la tecnología explotadora no regulada fuera de nuestro espacio de arte profesional”. [4]

Este antecedente invita a preguntarse, ¿Las inteligencias artificiales representan un peligro para la producción artística? El debate y discusión al respecto parece estar enfocada en una relación comercial más que instrumental. Hay que tener en consideración que uno de los objetivos que aún están presentes en su uso es la experimentación, lo cual invita de manera inmediata a la creatividad. 

Crear un prompt, el texto que servirá de guía para una IA ya sea de imagen, texto, música o video, es un ejercicio creativo en sí. La complejidad que puede haber al momento de desarrollar una imagen conlleva referencias, posicionamientos e interpretaciones sobre lo que busca la persona que escribe las indicaciones a la IA. Y es a partir de este ejercicio creativo, que el dispositivo se vuelve una herramienta de producción artística. La pregunta pertinente es cuál es la característica esencial que la IA como herramienta pueda aportar a la producción artística: ¿Es un pensamiento autónomo? ¿Es una herramienta de experimentación? ¿Es un otro al cual mirar y pensar en relación con él?

Conversando con un artista digital para este artículo, algunos comentarios que se hicieron pueden servir para reflexionar y buscar respuestas a estas preguntas. La cuestión principal, para él, era pensar en qué interesa a los artistas, y no a la producción generada con la IA: 

Cómo dialogamos con un gran otro, cómo aprovechamos su forma de pensamiento y cómo justamente en vez de estar pensando en la representación, (…) se piensa en la conceptualización de qué ideas te va a lanzar la IA, qué visiones del mundo te va a dar que no sea solo estar con esta recopilación promedio. [5]

Por otro lado, la discusión de lo que se puede llamar un “estilo” generado por las inteligencias artificiales también es un cuestionamiento en el discurso artístico digital, siendo uno de los ejes de críticas existentes en los ilustradores: una IA no puede generar un estilo, una estética propia, algo que también se comentó en la entrevista: “lo que hace falta es justamente esa sensibilidad que puede ser una estética, otra poética, y que esté alrededor del tema. Me interesa investigar justamente cómo la inteligencia artificial puede generar metáforas, cómo ella puede generarse autónomamente”. [6]

Se puede considerar, en este punto, que uno de los elementos que se discuten y que tienen legitimación es justamente esta cuestión estética y discursiva que no posee una herramienta como la IA, pero sí el prompter, el sujeto que le indica lo que quiere realizar. Porque al igual que una cámara fotográfica o un instrumento, la IA es el medio para producir obra, y no la obra o el autor en sí mismo. Ejemplos de artistas como Pierre Fortin con Dentelle de Nuit (2023), o Dennis Flynn con Cubist, Marylyn Monroe (2023) son muestra del uso de una IA para indagar, producir y pensar en el uso artístico que se le puede dar, a partir de la necesidad discursiva y búsqueda estética de cada artista. 

     Cubist, Marilyn Monroe, Dennis Flynn (2023).                                        Dentelle de Nuit, Pierre Fortin (2023).

Finalmente, otro punto de tensión con respecto al uso de las IA en el arte es la legitimación de la obra, el hecho del cómo se puede considerar a las producciones generadas a partir de Midjourney, Stable Diffusion, ChatGPT, como obras artísticas. La respuesta del artista digital entrevistado fue sencilla y directa, con una alegoría pertinente a esta discusión: 

Queda en el mismo lugar, en las instituciones del arte. Porque, por ejemplo, todo el mundo está haciendo fotografías, y son buenas fotos; la gente ya entiende de composición y otras cosas. Todo el mundo está empezando a entender las lógicas de la producción artística, el lenguaje del arte es mucho más común, más flexible y accesible a todos. [7]

El uso de la IA en la producción artística sigue, y seguirá siendo un tema de discusión pertinente, debido a su inevitable revolución en las formas de crear en el mundo digital. Las comunidades virtuales de internet, independientemente de si son artísticas o no, son conscientes de esto, por lo que conversar sobre las implicaciones y retos a futuro es relevante. Sin embargo, hay que entender que su uso no representa en sí mismo un atentado o riesgo para el arte, ni su legitimación; más bien, invita a imaginar futuros y pensar en formas nuevas de entender la producción artística, más que al arte en sí. [8]

Notas al pie

[1] El título del artículo se realizó junto a ChatGPT, a partir de un resumen dado del mismo a la IA de texto.

[2] Craige Bourke, «DONIPAGER: The Copy Machine», Publicación en Facebook, AI Art Universe, 30 de diciembre de 2022, https://www.facebook.com/groups/aiartuniverse/permalink/708564780908759/?ref=share&mibextid=edCf9o.

[3] Jess Weatherbed, «ArtStation is hiding images protesting AI art on the platform», The Verge, 3 de diciembre de 2022, https://www.theverge.com/2022/12/23/23523864/artstation-removing-anti-ai-protest-artwork-censorship.Jess Weatherbed, «ArtStation is hiding images protesting AI art on the platform», The Verge, 3 de diciembre de 2022,

[4] Logan Preshaw (@wickedinsignia) (15 de diciembre de 2022), “This is not a “anti-AI” movement. This is a “Keep unregulated, exploitative tech out of our professional art space” movement. AI should have been opt-in and regulated from the beginning. Companies and developers exercised wilful negligence, and we’re responding.” (Tweet). https://twitter.com/wickedinsignia/status/1603538992099897344

[5] Entrevista realizada por Geovanny Chávez, enero del 2023. El nombre del artista interrogado no está presente en la investigación por motivos de privacidad.

[6] Entrevista, enero del 2023.

[7] Entrevista, enero del 2023.

[8] La totalidad del presente artículo representa la I parte.

*Geovanny Chávez. Licenciado en Creación Teatral por la Universidad de las Artes. Ha trabajado en áreas de producción artística como la dramaturgia, la actuación y los nuevos medios.

*Esta es una colaboración para la redacción de Cultura en Renglones.

*Las opiniones expresadas en este texto son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan la posición del Observatorio.

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