Esta entrevista se enmarca en un proceso de cobertura plural e imparcial, realizado a partir de una invitación abierta y formal extendida a todos los candidatos a la presidencia de la Sede Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. El objetivo fue brindar un espacio equitativo para que cada postulante exponga sus propuestas, visiones y líneas de acción frente al futuro de esta institución cultural. Esta cobertura se complementará con una invitación a un debate virtual realizado a los/as candidatos/as este día domingo 31 de agosto a las 18h.
¿Cuál es su formación académica y/o artística?
Licenciatura en Ciencias Sociales y Públicas (Universidad Central del Ecuador); Abogada de los Tribunales de la República (Universidad Central de Ecuador); Diplomado Superior en Gestión Cultural (FLACSO); Maestría en Gobierno de la Ciudad con Mención en Centralidades Históricas (FLACSO). Soy artista nacional, intérprete en canto con 50 años de trayectoria. Inmersa en la gestión cultural durante toda mi vida. Un sin número de seminarios nacionales e internacionales.
¿Qué experiencia tiene en la gestión cultural? (privada, comunitaria, pública)
En primer lugar, mi trayectoria artística de 50 años, ligada a la gestión cultural. Trabajé como investigadora social para poblaciones indígenas en el actual MIES. Fui migrante por varios años, llevando nuestra música a escenarios extranjeros. Posteriormente, me desempeñé como Productora Artística en la Fundación Teatro Nacional Sucre; dicté un curso a nivel de posgrado sobre: Memoria, Patrimonio e Identidad para la Universidad Andina Simón Bolívar- Sede Bolivia; Me desempeñé también como Coordinadora de Centros de Desarrollo Comunitario en el Municipio de Quito; posteriormente, fui Presidente de la Comisión de Cultura y Derechos, en mi calidad de Vocal Principal en la Junta Parroquial de Conocoto; seguidamente, fui Asambleísta de la República y Miembro de la Comisión de Educación y Cultura, donde impulsé varias reformas legales en lo concerniente a la educación en Artes. Posteriormente, me desempeñé como Especialista Jurídico en el Gobierno Autónomo Descentralizado de Pichincha. He sido conferencista y coordinadora de varios congresos académicos de Gestión Cultural.
¿Qué proyectos culturales ha liderado o en qué proyectos ha participado activamente?
Por los cargos que he desempeñado en el sector público, he participado en infinidad de proyectos culturales: En primer lugar, mis presentaciones artísticas por 50 años en eventos artísticos comunitarios y otros de gran formato para escenarios teatrales: coliseos y auditorios grandes; así también, distintos seminarios y congresos académicos relacionados con la Cultura.
¿Cómo describiría su posicionamiento político y cómo cree que este influirá en su gestión como presidentx de la Casa de las Culturas?
En primer lugar, quiero expresar que, por primera vez en 81 años de existencia de la Casa de la Cultura, hay una candidata mujer a la Presidencia de la Sede Nacional. Desde mi sentimiento amoroso por el quehacer cultural, mi intuición y mi visión de mujer, de ser madre, y de ser una Artista con décadas de trayectoria entrego mi mejor energía y mi tiempo para servir al País; en esta vez, desde la Casa de la Cultura, como yo lo sé hacer: con absoluta honestidad y con lo mejor de mis capacidades académicas, profesionales y con mi experiencia de Artista y Gestora Cultural.
Mi posición ideológica es de izquierda, siempre he luchado del lado de los más débiles. Soy un personaje público y mi posición ideológica también es de conocimiento público. Sueño con una Patria de Justicia, equitativa, con igualdad de oportunidades para todos, inclusiva, solidaria y con valores como ejes éticos que atraviesen nuestro accionar en la vida y en nuestra convivencia social: la cultura es el eje central para este cambio que anhelamos, porque “la cultura es el modo de ser, de pensar y de sentir…La cultura nos identifica, nos construye como seres valiosos, nos proyecta, nos dignifica” (Nelson Reascos).
En este sentido, y pensando en el rol de la CCE con base al pensamiento de Benjamín Carrión, esta no solo debe ser el espacio para el desarrollo cultural y la libertad de pensamiento, sino además la luz que alumbre nuestro caminar en la utopía de llegar a ser una potencia cultural en el concierto de naciones. Vamos a trabajar sin descanso, todos los días, especialmente en la formación y capacitación en artes para artistas profesionales, creadores, para todos los grupos etarios, y de manera especial, en beneficio de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
En un escenario y contexto nacional de polarización política, ¿de qué manera la CCE podría garantizar un espacio neutral para el pluralismo ideológico del sector cultural y ciudadano?
La Casa de la Cultura es el espacio de todos, el espacio de encuentro de los diversos, donde la gente puede ejercer plenamente los derechos culturales, que son derechos humanos, irrenunciables, indivisibles, imprescriptibles y de obligatorio cumplimiento por parte de servidorxs públicxs. Con esta base constitucional, y en ejercicio de su autonomía, la Casa de la Cultura tiene el deber de promover espacios de debate de actores culturales y de ciudadanía en general, sobre la situación que atraviesa el sector cultural; sus derechos, la respuesta del Estado, el trabajo artístico, etc. Por supuesto, el debate debe dar cabida al pluralismo ideológico, en el marco del respeto al otro. Considero que el debate es imperioso; pues, el sector cultural es el más dividido, yo diría que ello impide su lucha frontal y decidida por sus derechos.
¿Qué colectivos, agrupaciones o artistas independientes respaldan su candidatura?
- Asociación de Artistas Profesionales de Pichincha, 50 años de afiliación;
- Colectivo de Poetas: El Poder de la Palabra”;
- Asociación Nacional Red Cultural- Valles;
- Grupo de Teatro y Títeres: Los viajeros del Arte;
- Los Yumbos Blancos de Conocoto; entre otros.
¿Tiene compromisos y/o acuerdos con algunas de las candidaturas a los núcleos provinciales de la CCE? ¿Cuáles son?
El acuerdo que tengo con todos y cada uno de los Presidentxs de los Núcleos Provinciales es ejercer un trabajo de unidad y compromiso con el País, por el desarrollo de una democracia cultural participativa, incluyente y equitativa. Haremos una sola fuerza para luchar por el presupuesto digno para la Cultura. Cada Núcleo tiene sus propias realidades y sus propias necesidades, acorde a la vocación cultural de cada provincia. Los Núcleos Provinciales me han manifestado que requieren mayor presupuesto; es la realidad y es una lucha de todos. Si luchamos unidos, lo lograremos. Así como también discutiremos y aprobaremos un Plan de Trabajo de carácter nacional, en coordinación con el Ministerio de Educación y otros, bajo los principios de la administración pública como la eficacia, eficiencia y la coordinación entre instituciones del Estado, sin perder el objetivo de fortalecer la identidad nacional, promover las diversidades culturales, etc.
¿Qué grupos o colectivos considera usted que requieren atención prioritaria por parte de la CCE en función de sus competencias?
Todos los colectivos y grupos son prioridad en mi administración. Sin embargo, con la finalidad de hacer frente al estado de inseguridad y violencia que vivimos, se torna imperioso proteger de este flagelo social en primer lugar a los más frágiles, que constituyen el bien más preciado de nuestra sociedad: niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Por esta razón, dedicaremos nuestros más grandes esfuerzos en la formación y capacitación en Artes Musicales y otros.
¿De qué forma se fortalecerá el diálogo, la participación ciudadana y la conformación de redes en torno a la CCE?
Tomaré parte en las Asambleas Provinciales, para escuchar las voces de los diferentes actores culturales en cada provincia. Complementariamente, la Sede Nacional y los Núcleos estaremos en permanente coordinación en la ejecución de seminarios, encuentros, talleres y más, donde autoridades, artistas, gestorxs culturales y ciudadanía en general podamos ampliar nuestros conocimientos y debatir nuestras inquietudes y necesidades sobre nuestros derechos culturales, producción cultural, aprendizajes artísticos, etc. La formación de redes se dará de manera espontánea, en el devenir de la praxis participativa. Si nos referimos a redes de servicios culturales de la CCE, estas se conformarán a partir de la creación de extensiones de la Casa.
¿Cuáles serán los ejes prioritarios de su gestión?
- I EJE. FORMACIÓN Y CAPACITACIÓN: para artistas profesionales, creadores, gestores culturales y más trabajadores del arte. De manera especial a niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Una formación de primer nivel garantiza un profesionalismo eficiente, otorga satisfacción en los estudiantes y un brillante desempeño en los escenarios. Para este fin, requerimos coordinación con el Ministerio de Educación e instituciones de educación superior. Que la Casa de la Cultura se extienda a comunidades y al barrio.
- II EJE. FOMENTO, DIFUSIÓN E INDUSTRIA CULTURAL: que la Casa y sus Núcleos ofrezcan eventos artísticos de gran nivel para el disfrute de todos en coordinación con otros espacios públicos, con el Ministerio de Educación.
- III EJE. DEFENSA, PRESERVACIÓN, PUESTA EN VALOR Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL MATERIAL E INMATERIAL: tenemos varios proyectos.
¿Qué propuestas tiene para la sostenibilidad financiera de la CCE? ¿Tiene algún plan para diversificar las fuentes de financiamiento durante su gestión?
En primer lugar, considero que ha llegado el momento de exigir que el Estado cumpla con su obligación, conforme lo prescribe el Art. 380, numeral 8, de garantizar los fondos suficientes y oportunos para la ejecución de la política cultural. El presupuesto que le corresponde a la Casa de la Cultura por dignidad y por justicia deberá procurar contar con, al menos, el presupuesto que tuvo en 2011, de alrededor de 18 millones, recibiendo en 2023, apenas 12 millones (inf. Fernando Cerón), siendo el año 2019 el de mayor recorte. Como vemos, la Cultura ha sido el sector que más recortes presupuestarios despiadados ha sufrido a lo largo de 3 gobiernos consecutivos. En mi administración buscaré la cooperación interinstitucional interna y externa, a sabiendas de que estas gestiones y apoyos a conseguir no son ingresos fijos, sino esporádicos; de manera que, es el Estado el obligado a proporcionar el financiamiento para la Cultura.
¿Prevé Ud. realizar reformas al organigrama administrativo funcional? ¿A través de qué mecanismo?
Por el momento, la situación legal de la CCE no es clara, frente a la transición por la fusión del Ministerio de Cultura con el Ministerio de Educación. Esta situación jurídica demandará, sin duda, algunas reformas a la Ley Orgánica de Cultura. Una vez en el accionar de mi administración, se irán identificando los cambios necesarios en el organigrama estructural de la Casa de la Cultura.
¿Cuál debería ser el papel de la Casa de la Cultura ante el actual contexto de violencia y crisis de seguridad?
Se ha demostrado que el Estado que invierte en Cultura gasta mucho menos en seguridad. La Cultura es el antídoto infalible para hacer frente a la violencia y es la mejor herramienta de reflexión y transformación social. Por supuesto, al elemento Cultura se suman políticas estatales de servicios sociales como salud, educación, inclusión, empleo. Existen demostraciones científicas de los beneficios que otorga al desarrollo emocional y de inteligencia de los niños el aprendizaje de artes musicales. Además, la Cultura hace felices a los seres humanos y; complementariamente, la industria cultural aporta a la economía del País y genera empleo. Por estas razones, el gobierno deberá poner atención a la inversión pública en Cultura, como una política estratégica vital para el País.
¿Qué acciones ha considerado para estimular la creación, producción y difusión artística?
Las acciones que he planteado en cada uno de los Ejes de mi Plan de Trabajo: Formación y Capacitación a artistas, creadores, gestores y servidores de la CCE. El segundo Eje que refiere al fomento y difusión de productos culturales: Convertir al País en un escenario permanente de Artes de alto nivel en calidad profesional. Igualmente, la promoción de nuestros Artistas, a nivel internacional. Tenemos varios proyectos al respecto. Para el cumplimiento de estos fines, la CCE trabajará en coordinación con otras instituciones del Estado. Con el trabajo mancomunado y comprometido con el desarrollo del País, lograremos hacer realidad nuestros sueños.
¿Cuál sería su postura ante la posibilidad de una estructura administrativa descentralizada para la CCE? ¿Qué beneficios y riesgos produciría un modelo de esta naturaleza?
La Casa de la Cultura goza de autonomía administrativa y financiera, tanto en su Ley anterior de 2006, como en la actual Ley Orgánica de Cultura vigente desde 2016, cuyos artículos 151, 152 y 153 prescriben que la Casa es una entidad con personería jurídica de derecho público, autonomía responsable y gestión desconcentrada, administrativa y financiera. Pero esa autonomía administrativa se ve afectada, al poner al Ministerio de Cultura por encima, como el ente regulador de las entidades que conforman el Sistema Nacional de Cultura y como rector de la política cultural del País, que comprende monitoreo y evaluación de las políticas públicas, y, a la CCE como coordinadora del trabajo de los Núcleos Provinciales.
Al mismo tiempo, la LOC determina que la finalidad de la CCE es planificar y articular la circulación de obras, bienes y servicios culturales y patrimoniales, así como procesos de activación de la memoria social. Otra facultad que la Ley otorga a la CCE es promover las artes, las letras y otras expresiones de la cultura dando impulso a creadores, actores, gestores y colectivos culturales. Es decir, la Ley nunca tuvo claridad respecto de la autonomía de la CCE. Hoy, ya no existe el MCyP; tiene que reformarse la Ley; y, por consiguiente, esta es la oportunidad para establecer claramente la autonomía de la CCE, que ha de ser una verdadera autonomía, similar a la otorgada a los GADs, en lo que corresponda.
En caso de ser electx como presidentx de la Casa de las Culturas, ¿Qué criterios fundamentales guiarían la asignación de los recursos económicos en los diferentes proyectos culturales?
Considero que los criterios para la asignación de recursos a los diferentes proyectos culturales no deben ser discrecionales, a voluntad de algún servidxr. Esto es un problema muy grande existente en las instituciones públicas que administran recursos para la Cultura: ex MCyP, GADs municipales, provinciales, parroquiales, etc. Para superar este problema debemos plantearnos debates inclusivos y participativos con instituciones, artistas, creadorxs, gestorxs, y demás actorxs culturales, a fin de llegar a acuerdos que nos permitan definir las maneras de asignación de recursos y reglamentarlos debidamente.
¿Cómo proyecta su vinculación con las entidades responsables de la gestión, promoción y desarrollo de la cultura a nivel nacional que actualmente han sido fusionadas junto a otros ministerios?
Uno de los principios de la administración pública, es la coordinación que debe haber entre instituciones del Estado. Todos los Ejes de mi Plan de Trabajo requieren de la coordinación permanente con el Ministerios de Educación, instituciones de educación superior, conservatorios de Artes, instituciones de turismo y producción, entre otros. Habrá suscripción de convenios de cooperación interinstitucional, a fin de lograr ejecutar nuestro Plan y nuestros sueños, especialmente en lo referente a la formación y capacitación profesional artística, con énfasis en niñas, niños, adolescentes y jóvenes, como lo dispone la Norma Suprema. La coordinación deberá ser total: recursos económicos, administrativos, docentes, técnicos, de infraestructura, etc.
¿Cómo garantizaría la autonomía de la CCE frente a la influencia externa, sin comprometer las oportunidades de apoyo y recursos de aliados estratégicos de la empresa pública y/o privada?
Considero que la autonomía de la Casa de la Cultura le faculta plenamente a suscribir convenios de cooperación interinstitucional, a recibir donaciones, a administrar responsablemente dichos recursos. De hecho, conozco algo de tal cooperación de la cual se ha beneficiado la CCE. Y esto está muy bien. Las alianzas con el sector privado existen siempre, y son también muy necesarias para la CCE.
¿Considera necesaria la reforma a la Ley Orgánica de Cultura? ¿Qué rol jugaría la CCE en el proceso? ¿Qué aspectos específicos de la ley considera que deben ser modificados o actualizados?
Con la fusión de Ministerios desapareció el MCyP. No se conoce todavía oficialmente a qué se reduce el anterior MCyP. La reforma a la vigente Ley Orgánica de Cultura es inminente. Temas como: quién es el ente rector de la política cultural, es lo primero que se nos viene a la mente. Es el Ministro de Educación el rector de la política cultural, y tomará decisiones a pedido de una unidad de cultura sin facultad de decisión; los recursos presupuestarios se verán más afectados todavía; servidores públicos despedidos; unidades administrativas que desaparecen; etc.
En este contexto, la Ley deberá fortalecer la autonomía de la CCE, no solo porque mantiene presencia en todo el territorio nacional, que es una razón de peso, sino además, por la historia: la CCE tiene un valor simbólico de identidad que no está siendo tomado en cuenta. Desde su creación, entregó y entrega a ecuatorianxs un sentido de pertenencia a una nacionalidad ecuatoriana, que es el vínculo jurídico, político, cultural que une a las personas con el Estado. Es un sentimiento de pertenencia a un territorio y a una Patria rica en cultura y en valores, que nos llena de orgullo. Ese es el lazo que une a las personas con el Estado y que, hoy más que nunca, la CCE tiene el deber de proteger.
¿Cómo ve la inclusión en la agenda legislativa del presente periodo las siguientes propuestas: Ley para el desarrollo de las industrias culturales y creativas (economía naranja) y Reforma a Ley de Educación Intercultural?
Desconozco dichas propuestas legislativas. Las voy a revisar urgentemente, porque, con mayor razón, desde la Presidencia de la CCE he de tomar acción en estos procesos. En principio, la industria cultural debe ser apoyada por el Estado, aporta al PIB y debe ser fortalecida. Por otro lado, quiero expresar que, durante mi desempeño como Asambleísta de la República y miembro de la Comisión de Educación y Cultura, impulsé varias reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural, en lo referente a la educación en Artes: se fortalecieron los Conservatorios de Música y se incluyó en la LOEI que, la educación artística a niñas, niños y adolescentes debe ser impartida de manera obligatoria, secuencial y escolarizada, dentro de la malla curricular, y lo más importante, desde la etapa inicial, hasta el bachillerato. No tengo conocimiento de si el Ministerio de Educación está cumpliendo con esta disposición que, además de los beneficios que otorga a la niñez y adolescencia, debió considerar por parte del Ministerio la apertura de plazas de trabajo para tantos jóvenes graduados en Música, que no tienen empleo.