Esta entrevista se enmarca en un proceso de cobertura plural e imparcial, realizado a partir de una invitación abierta y formal extendida a todos los candidatos a la presidencia de la Sede Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. El objetivo fue brindar un espacio equitativo para que cada postulante exponga sus propuestas, visiones y líneas de acción frente al futuro de esta institución cultural. Esta cobertura se complementará con una invitación a un debate virtual realizado a los/as candidatos/as este día domingo 31 de agosto a las 18h.
- Doctor en Patrimonio Cultural (U. de Jaén, España).
- Máster en Educación (Newport University, USA).
- Diplomado en Preservación del Patrimonio Sonoro, Fotográfico y Audiovisual (ENCRYM, México).
- Diplomado en Gestión del Patrimonio Cultural (U. Autónoma de la Ciudad de México).
- Posgrado Internacional en Políticas Culturales de Base Comunitaria (FLACSO, Argentina).
- Ingeniero en Comunicación y Producción de Artes Audiovisuales (Universidad Iberoamericana del Ecuador).
- Intérprete de danza.
Experiencia en la gestión cultural
- Consultor, comunicador, mediador e investigador sociocultural. Conferenciante internacional en temas de Educación, Comunicación, Cosmovisión Andina, Patrimonio, Museología y Gestación Cultural.
- Coordinador de Comunicación y Patrimonio de la Red Americana de Pensamiento Crítico sobre los Patrimonios Culturales (2023-2025).
- Coordinador académico de la Organización de Saberes Ancestrales de los Pueblos Originarios del Ecuador (OSAPOE) (2019-2025).
- IFAIC, Director Técnico Zonal 3 (2019-2020).
- Ha publicado artículos sobre temas de investigación, educomunicación, saberes ancestrales, gestión sociocultural, patrimonio y museología (2012-2025).
- Ha diseñado, editado y maquetado libros de carácter interdisciplinario (2021-2025).
Proyectos culturales liderados y/o desarrollados
Entre los principales constan:
- Congreso Internacional de Patrimonio Vivo Comunitario y Encuentro de Turismo Festivo “Runa Mashka”.
- Congreso Internacional de Saberes Ancestrales “Ñukanchi Jambi”.
- Encuentro de Cultura Ancestral Comunitaria (Ecuador y Costa Rica).
- Caravana Quetzalcoatl (México)
- Danzantes de las Octavas de Corpus Christi del Valle de Alpamalag.
- Memoria y Futuro. Encuentro de Puntos de Cultura y Cultura Viva (México).
- Desarrollo de habilidades comunicativas y de seguridad humana para las poblaciones indígenas de la Chiquitania (Bolivia). UNESCO.
- Manual de Buenas Prácticas Territoriales de la Red Ibercultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales para organizaciones de base comunitaria (Costa Rica).
- Shungo Mori. Colores y sabores del Día de Muertos. Interpretación Cultural en Turismo.
- Escuela de medicina andina y alternativa del pueblo Saraguro en la amazonía ecuatoriana.
- Turismo patrimonial en el pueblo mitimae Salasaka a partir de la recuperación de sus saberes ancestrales.
¿Cómo describiría su posicionamiento político y cómo cree que este influirá en su gestión como presidentx de la Casa de las Culturas?
Lo describiría como un humanismo cultural, lo que viene a ser el alma del reseteo que propongo en mi plan de trabajo, pues pone al ser humano, su capacidad creadora y su diversidad en el centro. De ahí que la manera en que influirá en mi gestión será a través de:
a) Modernizarnos con transparencia y participación a partir de una gestión ética como acto de respeto hacia la ciudadanía.
b) Interculturalizarnos con inclusión radical, reconociendo la dignidad de todas las voces y saberes.
c) Innovarnos en la valoración y difusión de nuestro patrimonio para democratizar su acceso y promoción.
d) Reconceptualizar el rol de nuestra CCE como laboratorio de futuro uniendo arte, ciencia y tecnología para humanizar los desafíos globales desde lo local.
En esencia, el reseteo nos permitiría reconceptualizar, rehumanizar y redirigir la Casa mediante indicadores de inclusión, transparencia e innovación, garantizando que la cultura sea el eje de desarrollo sostenible y soberanía identitaria del Ecuador.
En un escenario y contexto nacional de polarización política, ¿de qué manera la CCE podría garantizar un espacio neutral para el pluralismo ideológico del sector cultural y ciudadano?
La CCE debe erigirse como garante de la diversidad cultural, más allá de lo ideológico o partidista. Esta neutralidad no implica indiferencia, sino equidistancia activa mediante:
Criterios técnicos, no políticos: convocatorias y programas evaluados por méritos, pertinencia cultural e impacto social, con jurados y procesos plurales y transparentes.
Espacios de diálogo sin jerarquías: foros, residencias y eventos que prioricen el disenso creativo, reuniendo a gestores de distintas visiones alrededor de proyectos concretos (como, por ejemplo: memoria histórica o salvaguardias).
Transparencia radical: rendición de cuentas en tiempo real para desmontar narrativas de parcialidad.
Los recursos se asignan por representatividad cultural, no por afinidad política. La CCE no es neutral ante la exclusión; su autoridad emana de proteger el derecho a crear y disentir con el potencial de convertir la polarización en polifonía evitando fragmentaciones caóticas y fortaleciendo múltiples voces en diálogo.
¿Qué colectivos, agrupaciones o artistas independientes respaldan su candidatura?
Red Americana de Pensamiento Crítico sobre los Patrimonios Culturales (de carácter continental). Red de Gestión Cultural Comunitaria Awasqa. Organización de Saberes Ancestrales de los Pueblos Originarios del Ecuador (OSAPOE). Centro Cultural Juigua, del Pueblo Kichwa Panzaleo.
Los artistas y gestores culturales independientes que son parte de las organizaciones que respaldan mi candidatura han preferido no ser nombrados.
¿Tiene compromisos y/o acuerdos con algunas de las candidaturas a los núcleos provinciales de la CCE? ¿Cuáles son?
He realizado acercamientos con varios candidatos con los que he cultivado una buena relación de amistad, y con varios que han resultado vencedores en los últimos comicios.
¿Qué grupos o colectivos considera usted que requieren atención prioritaria por parte de la CCE en función de sus competencias?
Pueblos y nacionalidades indígenas, portadores de saberes ancestrales, lenguas y cosmovisiones amenazadas. Pueblo afroecuatoriano, montubio y otros no reconocidos, para visibilizar su aporte cultural, mitigar la discriminación estructural y preservar su identidad frente a la homogenización. Colectivos LGBTIQ+, para garantizar su derecho a expresar identidades y memoria diversa. Migrantes y refugiados, para integrar sus prácticas culturales como parte de la identidad ecuatoriana en transformación. Jóvenes y creadores emergentes, para romper inercias generacionales y conectar con lenguajes contemporáneos. Personas con discapacidad, para garantizar acceso físico y abierto a la creación y disfrute cultural.
¿De qué forma se fortalecerá el diálogo, la participación ciudadana y la conformación de redes en torno a la CCE?
Tal como se menciona en mi plan de trabajo, se fortalecerá mediante 5 ejes medibles:
- Plataforma digital con convocatorias y rendición de cuentas en tiempo real (Transparencia).
- Asambleas territoriales rotativas para co-diseñar programas (Participación).
- Meta del 30% de actividades co-creadas con portadores del patrimonio (Inclusión).
- Redes con universidades y colectivos (Fortalecimiento editorial).
- Digitalización de archivos y mejora de sedes (Infraestructura).
Será un diálogo con resultados verificables que potenciarán el ejercicio reticular al tener, en mi caso, alianzas con redes foráneas de gestión que le darían un carácter internacional a nuestros diálogos y nuestro ejercicio participativo.
¿Cuáles serán los ejes prioritarios de su gestión?
- Modernizar la gestión mediante herramientas digitales y procesos transparentes, garantizando participación ciudadana y descentralización efectiva en la toma de decisiones.
- Fortalecer la interculturalidad con programas que integren activamente a comunidades históricamente marginadas, tanto en la producción como en la difusión artística.
- Innovar en la difusión del patrimonio a través de plataformas virtuales, proyectos transmedia y alianzas con instituciones educativas, para democratizar el acceso a la cultura y conectar con nuevas generaciones.
- Reconceptualizar el rol de la CCE en el siglo XXI, convirtiéndola en un laboratorio de pensamiento crítico y creativo, que a su vez posicione a gestores y artistas internacionalmente.
¿Qué propuestas tiene para la sostenibilidad financiera de la CCE? ¿Tiene algún plan para diversificar las fuentes de financiamiento durante su gestión?
Sí, propongo un modelo mixto de sostenibilidad a mediano plazo que combine:
- Gestión eficiente del presupuesto estatal con descentralización equitativa.
- Diversificación de fuentes:
- Alianzas público-privadas para proyectos tecnológicos y editoriales.
- Cooperación internacional (UNESCO, UE).
- Autogestión: venta de publicaciones, crowdfunding, alquiler de espacios.
- Creación de empresas públicas (ej. editorial y radio) para generar ingresos propios.
Meta: recuperar +$1 millón anual mediante gestión activa, reduciendo dependencia del Presupuesto General Estado.
Cabe señalar que estas iniciativas precisarán relaciones óptimas con la Administración Pública, así como con el sector privado y los organismos internacionales.
¿Prevé Ud. realizar reformas al organigrama administrativo funcional? ¿A través de qué mecanismo?
A partir del reseteo de la CCE, que nos llevará a una reconceptualización, posiblemente surja la necesidad de la reforma; pero jamás de manera improvisada. Mi primer paso será una auditoría técnica participativa del organigrama actual, con veeduría de trabajadores, núcleos provinciales y expertos en gestión cultural y en administración pública. Esto nos permitirá identificar duplicidades, vacíos y necesidades reales. Solo entonces, con datos claros, propondremos ajustes consensuados para descentralizar decisiones, crear unidades de innovación y optimizar recursos. De darse, la reforma será técnica, no política, y su norte será una CCE ágil y renovada.
¿Cuál debería ser el papel de la Casa de la Cultura ante el actual contexto de violencia y crisis de seguridad?
El papel de la CCE ante la violencia debe ser activo, pero desde su competencia cultural, fortaleciendo y promoviendo:
- Espacios de resiliencia, mediante la conversión de las sedes en refugios simbólicos que prioricen actividades artísticas para jóvenes y niños, alejándolos de entornos de riesgo.
- Arte como herramienta de paz que motive la gestación de proyectos comunitarios (murales, teatro, música) que reconstruyan el tejido social y visibilicen alternativas a la violencia.
- Memoria y diálogo, a través de la recuperación de relatos de víctimas y territorios afectados mediante documentales, archivos sonoros y exposiciones que enfrenten la deshumanización.
- Alianzas con actores de seguridad civil, trabajando con GAD y ONG en programas de prevención desde la cultura, sin militarizar los espacios culturales.
La CCE no puede resolver la crisis de seguridad, pero sí neutralizar su impacto simbólico y ofrecer territorios de creación donde la vida se imponga al miedo.
¿Qué acciones ha considerado para estimular la creación, producción y difusión artística?
Acciones alineadas con descentralización, innovación e inclusión, democratizando el acceso a recursos y audiencias para priorizar a creadores emergentes y comunidades históricamente excluidas.
- Creación: Fondos concursables con criterios descentralizados (30% para proyectos de pueblos originarios y afroecuatorianos). Residencias artísticas glocales (intercambios entre artistas internacionales). Gestación de proyectos transnacionales.
- Producción: CCE Lab. Espacio con equipamiento técnico (bioarte, sonido, IA, creación de contenidos para redes sociales, diseño de videojuegos) para proyectos experimentales. Sellos editorial y discográfico.
- Difusión: Plataforma CCE Play (streaming de obras y documentales). Relanzamiento de la Cultura FM.
¿Cuál sería su postura ante la posibilidad de una estructura administrativa descentralizada para la CCE? ¿Qué beneficios y riesgos produciría un modelo de esta naturaleza?
Actualmente, la CCE funciona de manera fragmentada: los núcleos operan con autonomía dispersa y baja articulación, lo que refleja una descentralización no planificada que debilita su cohesión institucional y eficiencia. Mi postura apunta a gestar una red colaborativa que supere al centralismo, transformando la autonomía fragmentada en una red colaborativa de núcleos fortalecidos con conectividad, recursos equitativos y proyectos comunes.
En mi posibilidad de red colaborativa, los beneficios serían:
- Autonomía fortalecida con recursos técnicos y financieros equitativos.
- Revitalización de la innovación local sin sacrificar la cohesión nacional.
- Acercamiento de la cultura a la ciudadanía mediante decisiones tomadas en territorio.
Riesgos mitigados:
- Desarticulación, superada con una plataforma digital común y proyectos transversales (por ejemplo: festivales transnacionales).
- Asimetrías, mediante la implementación de fondos basados en necesidades y acompañamiento técnico prioritario a núcleos con menos capacidades.
En caso de ser electx como presidentx de la Casa de las Culturas, ¿Qué criterios fundamentales guiarían la asignación de los recursos económicos en los diferentes proyectos culturales?
Transparencia, equidad e impacto cultural, priorizando:
- Descentralización efectiva: 60% del presupuesto asignado a los núcleos provinciales mediante fórmula que combine población, indicadores de gestión y necesidades territoriales.
- Inclusión activa: 30% de recursos destinados a proyectos de pueblos indígenas, afroecuatorianos, montubios, LGBTQ+ y otros grupos históricamente marginados.
- Innovación y acceso: financiamiento preferente para proyectos que integren tecnología, sostenibilidad y democratización del patrimonio (ej: digitalización, plataformas abiertas).
- Rendición de cuentas en tiempo real: plataforma pública con ejecución presupuestaria por proyecto, auditado por veedurías ciudadanas.
¿Cómo proyecta su vinculación con las entidades responsables de la gestión, promoción y desarrollo de la cultura a nivel nacional que actualmente han sido fusionadas junto a otros ministerios?
Proyecto una vinculación estratégica, no subordinada, con las entidades a nivel nacional, basada en:
- Cooperación técnica. Alianzas para proyectos específicos (ej: digitalización de archivos con el Ministerio de Educación, Deporte y Cultura y/o con el Archivo Nacional, festivales con gobiernos locales, etc.), respetando la autonomía de la CCE.
- Gestión política por el presupuesto cultural, de modo que el Estado priorice la cultura como política pública esencial, más allá de las fusiones administrativas (ej: coordinación con IFAIC en la ejecución de fondos concursables en provincias, con participación real de los Núcleos de la CCE).
- Diálogo permanente a través de mesas de trabajo trimestrales con instancias rectoras para alinear agendas sin burocratizar procesos.
La CCE debe vincularse como un puente crítico entre la base territorial y el Estado, no como un apéndice. Cultura con autonomía, siempre activa y en red.
¿Cómo garantizaría la autonomía de la CCE frente a la influencia externa, sin comprometer las oportunidades de apoyo y recursos de aliados estratégicos de la empresa pública y/o privada?
Garantizaría la autonomía de la CCE mediante mecanismos claros y transparentes:
- Convenios con cláusulas de no interferencia.
- Alianzas con empresas e instituciones que respeten la independencia artística y editorial de la CCE, con contratos públicos.
- Diversificación de fuentes.
- Evitar dependencia de un solo aliado (ej: 30% recursos estatales, 30% autogestión, 40% cooperación y alianzas privadas).
- Comité de ética plural.
- Evaluación de alianzas por representantes de la sociedad civil, universidades y veedurías ciudadanas.
- Rendición de cuentas pública.
- Plataforma en tiempo real que muestre el origen y uso de todos los recursos, asegurando que ningún acuerdo condicione líneas de trabajo.
La autonomía de nuestra CCE se defenderá con transparencia radical y diversificación financiera, nunca con aislamiento.
¿Considera necesaria la reforma a la Ley Orgánica de Cultura? ¿Qué rol jugaría la CCE en el proceso? ¿Qué aspectos específicos de la ley considera que deben ser modificados o actualizados?
La reforma es urgente para un Ecuador intercultural y digital del siglo XXI, ahora más ante la fusión de carteras que dejó al sector cultural sin ente rector. Nuestro rol será liderar el proceso como articuladora técnica y puente con la sociedad civil, mediante:
a) Mesas descentralizadas de gestores para co-diseñar propuestas;
b) Incidencia basada en evidencia, con indicadores de gestión, buenas prácticas e impactos.
Es clave actualizar la coordinación entre ente rector, Instituto de Fomento para las Artes, Innovación y Creatividad, Instituto de Cine y Creación Audiovisual, Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y núcleos CCE, descentralizando los fondos concursables. La CCE debe posicionar internacionalmente a artistas y gestores de todo el país y articular el Sistema Nacional de Cultura, optimizando presencia territorial. Sobre aspectos del último veto, como el patrimonio arquitectónico o la autonomía del Museo Nacional, corresponderá emitir criterios y sugerencias técnicas, aunque no sean de competencia directa de la CCE.
El objetivo final será una ley orgánica coherente, con sindéresis, sin vicios de redacción o disposiciones inaplicables en la realidad.
¿Cómo ve la inclusión en la agenda legislativa del presente periodo las siguientes propuestas: Ley para el desarrollo de las industrias culturales y creativas (economía naranja) y Reforma a Ley de Educación Intercultural?
Requiere sustento técnico y presión social coordinada. Respecto de la Ley de Economía Naranja Revisar esfuerzos previos y sus resultados, pues ya se han dado varias iniciativas en ese sentido desde los ministerios de Producción (Clúster de la Economía Creativa) y de Cultura y Patrimonio (Política Nacional de Fomento a las Industrias Culturales y Creativas del Ecuador 2025-2035).
La reforma a la Ley de Educación Intercultural Urgencia es crítica para cerrar brechas de acceso y reconocer saberes ancestrales. En este ámbito, la CCE puede movilizar a comunidades, artistas y académicos para exigir inclusión de prácticas artísticas y patrimoniales en el currículo educativo. Me permito recalcar que en ambos casos la CCE debe mantener un rol activo, propositivo y de mediación entre todas las partes involucradas. Aunque parezca paradójico, parte del reseteo de la Casa será devolverle esa incidencia real que tuvo en los procesos de construcción y consolidación de la institucionalidad que vela por el arte y la cultura.