Altaira Rojas, Candidata a la Dirección de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Mora – Núcleo de Loja.
Soy gestora cultural, realizadora audiovisual y comunicadora, con una trayectoria que combina la creación artística, la gestión de proyectos y el trabajo comunitario. Como Magíster en Políticas Culturales y Gestión de las Artes por la Universidad de las Artes, he desarrollado una visión integral de la cultura como motor de cohesión social y desarrollo sostenible. En el ámbito creativo, dirigí la película Loja Esencia Musical, un proyecto que rescata y difunde el patrimonio sonoro de nuestra provincia, visibilizando a músicos y compositoras locales. A través del audiovisual he acompañado y documentado el trabajo de artistas, gestores y colectivos, convirtiendo sus procesos en narrativas que fortalecen la memoria y la proyección cultural de Loja.
Mi experiencia en gestión abarca el diseño y coordinación de proyectos sociales y artísticos en distintos niveles institucionales y territoriales, principalmente en Loja, pero también en otras provincias, cómo, El Oro, Zamora Chinchipe y la provincia del Guayas. He trabajado con gobiernos autónomos descentralizados, instituciones públicas y espacios culturales como el Festival Internacional de Artes Vivas de Loja (FIAVL)y el Teatro Benjamín Carrión, así como en procesos comunitarios y educativos en zonas urbanas y rurales. Esta labor me ha permitido liderar iniciativas que articulan arte, educación y participación ciudadana, generando redes de colaboración y aportando a políticas culturales inclusivas, con una mirada que une lo local con lo nacional y regional.
Motivación y visión
Aspiro a dirigir la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Mora – Núcleo de Loja con una visión clara: que esta institución vuelva a ser un referente cultural, no solo para nuestra provincia, sino para el país. Loja es un territorio de cultura que ha aportado de forma decisiva a la historia nacional; hoy debemos potenciar ese legado con una gestión moderna, inclusiva y tecnológicamente conectada, capaz de abrir oportunidades a nuestras y nuestros artistas dentro y fuera del Ecuador.
Quiero que la CCE sea una casa abierta, cercana a la gente, con procesos transparentes y espacios donde la creación y el pensamiento crítico florezcan. Una institución que proteja su memoria y, al mismo tiempo, innove y dialogue con el mundo.
Diagnóstico y oportunidades
El campo de las artes y la cultura en nuestro país atraviesa una profunda crisis institucional. No se trata únicamente de la limitada asignación de recursos económicos, sino también de una crisis de valores. Lamentablemente, la cultura ha sido utilizada como botín político, y la Casa de la Cultura, una de las instituciones más emblemáticas y con mayor historia del Ecuador, se ha visto envuelta en disputas partidistas. En muchos casos, las candidaturas han estado ligadas a partidos políticos y, una vez en funciones, han respondido a agendas ajenas a las verdaderas necesidades de los artistas y del sector cultural. Hoy más que nunca necesitamos una institución que responda al pueblo y a sus creadores, que dialogue con sus realidades y que, sin renunciar a su pluralidad ideológica, sea fiel a los principios y motivos por los cuales fue fundada: fortalecer la identidad nacional, servir al arte, la cultura y la memoria colectiva.
Loja posee un capital humano y creativo invaluable, pero enfrenta desafíos como la falta de recursos, la escasa articulación interinstitucional, la centralización de oportunidades, la precariedad laboral de los trabajadores de la cultura y el aislamiento geográfico. Sin embargo, contamos con fortalezas significativas: una gran infraestructura cultural, una tradición artística sólida, una comunidad cultural activa, altos niveles de participación ciudadana, una provincia con índices de violencia entre los más bajos del país, una creciente conexión con redes nacionales e internacionales y el potencial de las tecnologías emergentes para difundir y circular nuestras obras.
Propuesta de trabajo
Nuestro plan de gestión 2025-2029 propone:
- Unidad de Proyectos Culturales para gestionar fondos y cooperación nacional e internacional.
- Plataformas de circulación que lleven el arte lojano a otros territorios y países.
- Laboratorio de innovación cultural con énfasis en inteligencia artificial aplicada a las artes.
- Observatorio Cultural Provincial para la toma de decisiones basadas en datos.
- Programas de inclusión que garanticen el acceso de grupos históricamente excluidos.
- Revitalización de espacios culturales y creación de “Espacios Libres para el Arte”.
- Fortalecimiento de la Agenda Cultural y promoción de circuitos interprovinciales.
Esta hoja de ruta es el resultado de asambleas culturales, diálogos con artistas y gestores, y un trabajo colectivo que reconoce que la cultura es un bien común que se construye en comunidad.
Nuestras fuentes de financiamiento se sustentan en un modelo de gestión mixto que integra lo público, lo privado y lo comunitario. Apostamos por el acceso a fondos internacionales, la creación de programas para la consecución de recursos privados mediante campañas de financiamiento, y el apoyo a gestores y artistas que desarrollen proyectos capaces de generar empleo. Buscamos visibilizar y poner en valor el aporte del sector cultural al desarrollo productivo, convirtiéndonos en un eje promotor de la cultura en el territorio a través de alianzas, convenios y trabajo en red con la prefectura, GADs municipales, parroquiales y juntas barriales. Instituciones académicas y el sector turístico y productivo. Asimismo, impulsaremos la colaboración con gremios, cooperativas y agrupaciones formalmente constituidas para fortalecer sus procesos y abrir nuevos espacios de trabajo para artistas y gestores culturales locales.
Vínculo con la comunidad
Mi recorrido se ha tejido a través de múltiples geografías y realidades: desde las fronteras y la selva, hasta el litoral y las comunidades andinas. En cada uno de esos lugares he trabajado junto a mujeres, niñas, niños y jóvenes, llevando educación y cultura a sitios de difícil acceso, siempre con el propósito de fortalecer identidades y autoestima. He colaborado con organizaciones como Educación Sin Fronteras, el Comité de Desarrollo de Mujeres de la Frontera (CODEMUF), la Universidad de las Artes —en el área de Vinculación con la Sociedad— y otras instituciones que comparten el compromiso de transformar la vida de las personas a través del arte y la cultura.
En este camino han surgido proyectos diversos: procesos de capacitación en locución para programas de radio comunitaria, talleres de cine para niñas, niños y adolescentes, foros de cine en el cineclub La Luciérgana durante más de diez años, y la coordinación de programas para la creación de escuelas de música y artes escénicas que beneficiaron a cerca de 2.000 niñas, niños y adolescentes en la provincia del Guayas. Todas estas experiencias han sido posibles gracias al trabajo colectivo, al diálogo entre territorios y a la certeza de que la cultura es un bien común que crece cuando se comparte.
Fortalecer redes y alianzas territoriales es clave para que el trabajo cultural trascienda fronteras y se proyecte a nuevos horizontes. Por poner ejemplo, participar activamente en espacios como Cultura Viva Comunitaria, que articula procesos comunitarios en más de 17 países de Latinoamérica, nos permite aprender, compartir y multiplicar experiencias. Participar en el acceso a fondos internacionales como Iberescena, que apoya la creación escénica iberoamericana, Ibermedia que trabaja con el sector audiovisual o a mercados culturales como MicSur Mercado de Industrias Culturales del Sur, que conectan a productores y artistas de toda la región, amplía las oportunidades de circulación y cooperación a nivel regional. A nivel nacional, soñar con la creación de un Sistema de Educación en Artes para niñas, niños y adolescentes es apostar por el fortalecimiento del tejido social que tanta falta le hace a nuestro país en este momento. Esto implica también vincularnos con espacios de investigación y generación de datos como por ejemplo el Observatorio de la Universidad de las Artes y la plataforma ILIA, que nos permitirán tomar decisiones basadas en información real sobre nuestro sector. Territorialmente, Ecuador tiene el potencial de cohesionar sus distintas regiones a través del diálogo intercultural y profesional, y de entender que la cultura no es solo identidad, sino también un motor capaz de aportar con más fuerza al sector productivo del país cuando existe organización, visión y trabajo colaborativo.
Invitación final
Hoy más que nunca necesitamos una Casa de la Cultura que honre su nombre completo y su legado: Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Mora. Una institución que nos convoque a todos y todas, que nos inspire orgullo y nos proyecte al mundo.
Les invito a ser parte de este proyecto colectivo, a sumar su voz y su energía para que Loja vuelva a ser reconocida como un faro cultural del país. El momento es ahora, la acción es nuestra.
Somos Acción Cultural Loja, visiten nuestras redes.