Por Thalíe Ponce.
En América Latina, las industrias culturales y creativas no solo son una fuente significativa de empleo y desarrollo económico, sino también un espacio donde se reflejan las desigualdades estructurales de la región.
Aunque estas industrias son fundamentales para el desarrollo social y económico, las mujeres siguen enfrentando barreras que limitan su participación.
El estudio Brechas de género en las industrias culturales y creativas (2024), realizado por el Banco Internacional de Desarrollo (BID), muestra que la desigualdad de género en el ámbito creativo se evidencia desde brechas salariales más amplias que en otros sectores económicos hasta en una menor representación en puestos de liderazgo. La investigación se centró en cuatro países de América Latina: Argentina, Colombia, México y Perú.
Las brechas salariales se constituyen como una de las barreras más importantes para el crecimiento de las mujeres en estas industrias. Mientras que la representación femenina en posiciones de liderazgo dentro de la economía creativa sigue siendo limitada, lo que refleja una segregación vertical que restringe su crecimiento profesional y su impacto en el sector. Esto resalta la urgencia de eliminar las barreras estructurales y fomentar la equidad en todos los niveles de toma de decisiones.
De acuerdo con la conclusiones del estudio, las desigualdades se intensifican frente a la maternidad y las asimetrías en las responsabilidades del cuidado infantil, que presentan desafíos adicionales para aquellas que desean vincularse o permanecer en el ámbito laboral o en los procesos creativos.
Esto es especialmente preocupante pues, al igual que en otras industrias, la maternidad y las tareas de cuidado se convierten en barreras para el desarrollo profesional de las mujeres, lo que limita su participación y las relega a roles sociales de género.
El estudio encontró, además, que la pandemia de covid-19 “agudizó y deterioró el empleo y las condiciones laborales de las mujeres en la economía creativa de manera desproporcionada, y destacó su vulnerabilidad ante las crisis globales”.
Asimismo, se identificaron problemáticas en las distintas etapas de inserción en la industria, incluso desde la formación académica de las mujeres. Por ello, una de las recomendaciones tiene que ver con enfrentar la discriminación desde los espacios educativos.
En Ecuador, el contexto de estas brechas resulta importante no solo porque las industrias culturales y creativas representan un sector estratégico para el desarrollo, sino también porque nuestro país comparte problemáticas similares a los de otros en la región.
Las barreras de género en acceso laboral y liderazgo limitan el potencial de las mujeres ecuatorianas en un espacio donde la diversidad y la innovación deberían ser los motores del cambio. Analizar estas dinámicas en América Latina permite reflexionar sobre las políticas necesarias para impulsar una participación más equitativa en el sector creativo, alineando el talento local con las demandas de igualdad y justicia social.
Participación laboral
El estudio del BID señala que en los cuatro países analizados, la participación de las mujeres en el empleo del tridente creativo es baja, con un promedio de 31,1%, y alcanzan un mínimo de 25% en Perú y México, muy inferior al resto de la economía, que es 42,7% en promedio.
La pandemia tuvo un gran impacto en el empleo femenino en el sector cultural y creativo, con una disminución promedio del 20% frente al 13% entre los hombres en Argentina, México y Perú. Además, su proceso de recuperación fue más lento, con un incremento de tan solo el 1% en el empleo femenino para 2021, mientras que el masculino experimentó un repunte del 15%.
Este panorama refleja barreras significativas para las mujeres en el acceso a oportunidades laborales dentro del sector creativo, exacerbadas por la pandemia, que afectó de forma desproporcionada a su empleo en este ámbito. Lo que, a su vez, subraya la necesidad urgente de la recuperación del impacto desigual causado por la pandemia, para fomentar un acceso más justo y equilibrado al mercado laboral creativo.
Nivel educativo
En el tridente creativo, las mujeres exhiben, en promedio, un mayor nivel de escolaridad que los hombres. No obstante, esto no se refleja en un incremento proporcional de acceso a oportunidades laborales ni en la mejora de sus condiciones de trabajo. Esto refuerza la existencia de barreras estructurales que limitan su acceso a empleos de calidad y a posiciones de liderazgo, perpetuando desigualdades de género en el sector.
Brecha salarial
La brecha salarial de género en la economía creativa alcanza un promedio de 23%, más amplia que el 18% en el resto de la economía. Se evidencia una alta concentración en los rangos salariales bajos, con 38% de mujeres en el rango de ingresos más bajo versus 35,6% de hombres.
En promedio, solo 12% de las mujeres se ubica en los rangos de ingresos más altos, frente al 18% de los hombres, lo que además demuestra barreras para acceder a posiciones de liderazgo en empresas y organizaciones creativas.
Formalidad laboral y seguridad social
En el ámbito del sector creativo, solo el 51,4% de las mujeres cuenta con los beneficios que proporciona un contrato formal, proporción que apenas varía en comparación con el 51,51% observado en otros sectores de la economía. Esta cifra contrasta con el 57,3% de los hombres que tienen contratos formales, lo que demuestra una disparidad de género en la formalización laboral en el sector. Sin embargo, las mujeres reportan un acceso promedio a la seguridad social del 64%, frente al 61,2% en los hombres en los cuatro países estudiados. Esto expone una paradoja y evidencia la complejidad de las dinámicas de género en el ámbito laboral creativo.
Recomendaciones
Aunque las brechas de género en las industrias culturales y creativas siguen siendo un desafío, el estudio del BID ofrece algunas recomendaciones a seguir para acortarlas. Entre ellas, enfatiza en la necesidad de implementar políticas públicas inclusivas que fomenten la igualdad en acceso al empleo, financiamiento y liderazgo.
También propone la sensibilización y la capacitación como una herramienta clave para desmontar estereotipos de género y potenciar habilidades en las mujeres, por ejemplo a través de campañas comunicacionales.
Otro de los factores claves es que los empleadores faciliten la conciliación laboral y personal para las mujeres trabajadoras del sector, a través de licencias parentales equitativas y acceso al cuidado infantil. Finalmente, se subraya la importancia de monitorear continuamente los avances a través de datos desagregados.
Imágen
Imágen tomada del estudio citado, (BID).