Por Estefania Buitrón.
Desde el año 1997 en el Ecuador se conmemora el “Día Nacional del Pueblo Afroecuatoriano”. Cada primer domingo de octubre da inicio a las agendas de comunidades, movimientos y asociaciones con eventos diversos que celebran, recuerdan, reparan, investigan y desentrañan el pasado y el presente de esta comunidad, con miradas hacia un futuro mejor o al menos en el que la desigualdad se reduzca.
La identidad de la población afroecuatoriana se ha construido a través procesos y luchas arraigadas desde siglos pasados, las cuales continúan persistiendo a través de diferentes manifestaciones en lxs afroecuatorianxs. Luchas que además, no se diferencian de otras regiones ya que, al igual que en toda Latinoamérica la historia de los pueblos afrodescendientes desde su llegada al continente está marcada por la violencia, el racismo, la esclavitud, y seguida por largos periodos teñidos de sangre e injusticias deliberadas e implementadas a través de pensamientos del Estado. En la actualidad Ecuador, tras 200 años de constitución de la república y tras 173 años del decreto de declaración de la manumisión de esclavitud de 1851, todavía se puede palpar un sistema que genera brechas sociales y raciales de forma constante, a través de una hegemonía absurda de composición social extremadamente diferenciada.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas del Ecuador (INEC), en 2022 había 814.468 personas afroecuatorianas, lo que equivalía al 4,8% del total de la población ecuatoriana, que para aquel entonces era de casi 17 millones de habitantes. Sobre estas cifras, Yasmín Salazar Méndez, Ingeniera Matemática y Doctora en Economía, quien además es Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN, menciona en el artículo titulado: “Las estadísticas nos desaparecieron”, escrito para el medio periodístico Primicias, que las cifras publicadas por el INEC desaparecen a la población afroecuatoriana. En el censo de 2010 había 1.041.559 personas afroecuatorianas que representaban el 7,2% de la población. A esto, se sumaban los argumentos subjetivos del entonces director del INEC Roberto Castillo, en el periodo de gobierno del expresidente Guillermo Lasso. En entrevista con el periodista Fabricio Vela, Castillo afirmó que a las personas no les gusta identificarse como «negras», y que la culpa de la desaparición estadística es de «las bases y los colectivos afros (que) no están bien organizados, como si lo están los montubios y los hermanos indígenas».
Este tipo de “errores” provenientes de instituciones que determinan condiciones de vida, participación y bienestar social, replican y reafirman el racismo establecido en el sistema. Desde allí, surgen una serie de interrogantes como: ¿Desde qué lugar se posicionan los pueblos afroecuatorianos para enfrentar estos condicionantes sistémicos? ¿Cuáles son los desafíos que enfrentamos como sociedad y academia? ¿Cómo luchar ante el racismo desde el reconocimiento étnico afroecuatoriano?
Las organizaciones y movimientos son una herramienta y base importante con el cual la población afroecuatoriana ha conseguido logros entorno al enfrentamiento de la invisibilización, la desigualdad en derechos sociales y el diseño de estrategias acorde al territorio y la población en temas como: acceso a la educación, trabajo, salud, seguridad. En estos procesos, resulta fundamental la participación de líderes y lideresas afroecuatorianas para el diseño y creación de políticas públicas que buscan la reparación social con el apoyo del Estado.
Es así que, movimientos como CONAMUNE (Confederación Nacional de Mujeres Negras) ha fundado espacios y generado propuestas en las provincias de Carchi, Imbabura y Esmeraldas, como: el Laboratorio sobre Comunicación Estratégica para Lideresas Afroecuatorianas en 2021, el Diagnóstico de la Situación Socioeconómico de las Mujeres Afroecuatorianas en el Territorio Ancestral de Imbabura y Carchi presentado en 2021, el podcast “La Cochita Amorosa”, que se establece con un carácter de propuesta política por la paz. Estos y otros proyectos son ejemplos de los objetivos que se plantean y lo que buscan alcanzar mediante la articulación y fortalecimiento de la organización de mujeres negras, sin dejar de lado su legado ancestral, así como el reconocimiento sus luchas y contribuyendo también a la formación en política, cultura, identidad y otros temas.
La Cochita Amorosa, propuesta política por la paz
En el caso de la academia es importante resaltar el papel que se desarrolla en diversos programas y plataformas de vinculación e investigación, ya que la educación pública de calidad busca romper con los esquemas de desigualdad y trazar ejes estructurales de cambio para el bienestar de la sociedad. En este sentido, con un enfoque cultural y artístico, pero también desde la antropología y la sociología, la Universidad de las Artes propone el desarrollo de proyectos que garantizan espacios de transformación social para los grupos diversos de poblaciones afroecuatorianas.
Uno de los proyectos más recientes dio como resultado la feria gastronómica “Son, sazón y arrullos”, este arrancó en 2022 con la participación de docentes y estudiantes de la Universidad de las Artes y académicos de Oklahoma State University, quienes trabajaron en conjunto con las organizaciones sociales: Fundación Karibu, Hilarte Asociación Comunitaria y UNTHA (Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar y Afines).
Entre los propósitos planteados se buscó preservar y documentar la cultura afroecuatoriana, a través de talleres relacionados con temas de economía, negocios, atención al cliente y valor agregado, que se impartieron por la Universidad Estatal de Oklahoma. Por su parte, la Universidad de las Artes, desde un enfoque artístico-cultural y ratificando el compromiso de servicio y trabajo conjunto con la comunidad, desarrolló productos audiovisuales, musicales y literarios en temas de saberes y transmisión oral, así como culinaria afroecuatoriana, danza e inclusive prácticas culturales como el “tapa’o conversado” y el “mentidero”.
La Universidad de las Artes se ha vinculado con el Barrio Nigeria (Isla Trinitaria), de la ciudad de Guayaquil desde hace ya ocho años. Tiempo en el que se han generado varias metodologías participativas, con las cuales se busca garantizar colaborativo, promover la investigación con la comunidad para la obtención de productos y la creación de herramientas de carácter artístico y cultural, con un amplio sentido de la cohesión social.
La organización, la academia y el trabajo en redes comunitarias representa entonces un hito importante para la construcción de procesos de desarrollo e igualdad en la sociedad afroecuatoriana. La participación y potenciación cultural, así como la representación política, en la cual se conservan los saberes ancestrales y se presentan los intereses y necesidades de la comunidad afro son formas de lucha ante el racismo y la desigualdad. En este sentido, el reconocimiento histórico de esta población que forma parte del Ecuador como país pluriétnico, debe ser formal y legítimo, contrastando el derecho territorial, la autonomía e identidad.
Hay varias aristas y temáticas sobre las cuales deben plantearse acciones en la agenda del mes de la afroecuatorianidad, ejemplos desde los que se referencian metodologías para mejorar la situación actual de esta población. Es crucial trazar ejes que puedan establecer líneas de cambio sobre cuestionamientos que surgen, inclusive en el día a día desde la perspectiva humana individual y colectiva de lxs afroecuatorianxs.
Fotografía:
Imagen de la obra «Don Francisco de Arobe y sus hijos, caciques de Esmeraldas». Autor, Andrés Sánchez Galque 1599. Publicado por Museo América, España, en: https://www.instagram.com/p/DAx0-zOt0yu/?igsh=N2s5Nnh5ZnI1aGxz
Referencias y fuentes:
https://www.primicias.ec/noticias/firmas/estadisticas-censo2022-afroecuatorianos-inec/
https://www.primicias.ec/primicias-tv/sociedad/censo-ecuador/cifras-clave-censo-ecuador/