La cultura del Valle del Chota: entre la visibilidad social y el desarrollo económico

Por Andrea Molina Cuasapaz.

El Valle del Chota, situado en la provincia de Imbabura, Ecuador, es conocido por su herencia cultural afroecuatoriana. Sin embargo, esta región enfrenta desafíos significativos debido a la falta de apoyo gubernamental y el abandono histórico. Este artículo explora cómo la preservación de la cultura del Valle del Chota puede convertirse en una fuente de ingresos sostenible para sus habitantes y cómo este proceso pone de manifiesto la desatención que esta comunidad ha sufrido.

El Turismo Cultural es un concepto que ha evolucionado y se ha enriquecido en las últimas décadas en nuestro país. Anteriormente, esta actividad ha sido denominada de diversas maneras, tales como turismo indígena, turismo étnico y ecoturismo comunitario. El objetivo ha sido definir las actividades turísticas que mantienen una relación directa con las comunidades generadoras de conocimiento y cultura. A cambio, se obtiene un aprendizaje a través del turismo vivencial, beneficiando así a ambas partes. La UNESCO según la Carta Mundial de Turismo Sostenible, emitida en 2015 explica que, a través de una gestión responsable del patrimonio cultural, el turismo puede ser un medio para promover el crecimiento económico sostenible, poner en valor a la cultura y generar beneficios sociales a la población.

En Ecuador, el Turismo Cultural es una actividad estratégica que ha potenciado la protección del patrimonio a través de la oferta turística, considerando que este patrimonio es un recurso no renovable. Además, se ha convertido en una importante fuente de ingresos económicos, permitiendo que zonas vulnerables en entornos rurales mejoren sus condiciones de vida mediante la diversificación de actividades (Solís Carrión, 2007). Según datos del Ministerio de Turismo, esta actividad es la tercera fuente de ingresos no petroleros en el país, y para el año 2024 se proyecta que aportará 2,000 millones de USD a la economía local, beneficiando principalmente a mujeres y jóvenes. Collahuazo y Vinueza (2010) destacan la necesidad de educar y capacitar a las comunidades que practican el turismo comunitario desde un enfoque integral. En este enfoque, la gestión de la actividad turística es solo una parte, mientras que el principal motor debe ser la valorización de su cultura, tradiciones y herencia. Este equilibrio permite una coexistencia armoniosa con el factor económico.

La riqueza del Valle del Chota es conocida por su diversidad étnica y herencia cultural.  A su vez, la influencia afrodescendiente se entrelaza en la vida cotidiana de las comunidades. Esta zona comprende las comunidades de Ambuquí, Chalguayacu, Chota, Juncal, Carpuela, Mascarilla y estación Carchi Ponce. Según el censo de población y vivienda realizado en el año 2022 en Ecuador, la población afrodescendiente en el país corresponde al 4.8 % de la población general. En el Valle del Chota se ubica el 11% del total, siendo la provincia de Esmeraldas el territorio que tiene la mayor concentración de afroecuatorianos.

Las principales actividades económicas registradas son la agricultura, comercialización de productos y un incipiente turismo comunitario. La música y la danza han sido las manifestaciones culturales más visibles de la zona, pero en el Valle del Chota también se elaboran máscaras de arcilla, que testifican la herencia espiritual, así como la habilidad artística y la creatividad de la comunidad afrochoteña, permitiendo que se preserven las costumbres, creencias y tradiciones. Las máscaras en el contexto africano y afrodescendiente, tradicionalmente se han utilizado en una variedad de rituales y ceremonias, que incluyen festivales religiosos y eventos sociales, así como en actividades de curación y protección. Estas máscaras no solo sirven como objetos artísticos, sino que también desempeñan un papel importante en la cosmovisión de las comunidades.

Valorar la manifestación cultural de la elaboración de máscaras de arcilla enriquece la experiencia del turismo comunitario emergente, haciéndola más completa. Las artesanas de la comunidad de Carpuela llevan a cabo el proceso de fabricación desde la recolección de arcilla en el entorno local, hasta el tratamiento de la materia prima y la creación final de las máscaras. Este proceso creativo refleja la simbiosis entre sus raíces africanas y su territorio actual.

Actualmente, al visitar estas comunidades, resulta difícil encontrar a las artesanas, y los lugares de exposición están cerrados los fines de semana, ya que en muchos casos son viviendas particulares que cumplen con esta función. Durante los fines de semana, los pobladores del Chota suelen salir a vender sus productos en localidades vecinas. Debido a la falta de apoyo a las comunidades, se prioriza lo urgente, que es alimentarse, relegando la cultura a un ingreso secundario y esporádico. En este contexto la implementación de programas formales de turismo comunitario puede permitir que la población de las comunidades mejore su calidad de vida, a través de la diversificación de fuentes de ingreso.

La cultura y su rica herencia ancestral pueden ser el motor que propicie que las condiciones económicas mejoren. En la actualidad algunas familias están enfocadas en desarrollar el turismo vivencial, en el que reciben turismo en sus casas, los visitantes aprenden la manera de vida, son parte de las actividades diarias de las personas. Esto puede ser considerado un punto de partida, evaluar las estrategias que se tomaron y desde la informalidad llegar a constituir una actividad productiva.

Esperanza Muñoz Espinoza, arquitecta y docente universitaria, miembro de la comunidad afrochoteña, explica que el trabajo en el ámbito del Turismo Comunitario debe basarse en fundamentos sólidos y abarcar acciones en todos los frentes posibles. Esto es necesario para que las iniciativas no queden inconclusas y para que el Valle del Chota no sea valorado únicamente durante el Carnaval del Coangue o en presentaciones de grupos musicales. Es crucial preservar la cotidianidad y la forma de vida de las comunidades. También menciona que, aunque algunas ONGs se han acercado para brindar ayuda, el corto tiempo de estancia les impide establecer dinámicas sociales efectivas para mejorar la vida de los habitantes, lo que resulta en la falta de sostenibilidad de muchos proyectos.

El abandono histórico del Valle del Chota

El Valle del Chota ha sido testigo de los numerosos cambios sociales que han transformado la región a lo largo del tiempo, desde los pobladores originales hasta la llegada de los colonizadores españoles y la significativa influencia de la cultura afrodescendiente.

Las comunidades afro llegan al país entre los siglos XVI y XVII, por el naufrago de un galeón en las costas de Esmeraldas y como esclavos traídos por órdenes religiosas para trabajar en minas y plantaciones agrícolas. Según Chalá (2012), la primera comunidad del Chota se funda entre 1780 y 1810 por cimarrones que se liberaron de la explotación hacendataria. Así comenzó un largo período de vulneración de derechos, que en cierta medida persiste hasta la actualidad. Esta vulneración se manifiesta en la discriminación, falta de oportunidades educativas y laborales, y falta de acceso a infraestructura básica.

La arquitecta Muñoz señala que, hasta hace unas décadas, las personas de la comunidad afro que migraban a las grandes ciudades se dedicaban principalmente a labores domésticas en el caso de las mujeres, y a trabajos como guardias de seguridad en el caso de los hombres. El acceso a la educación secundaria y universitaria era prácticamente inexistente.

En el texto «De Sangre Azul – Testimonio Autobiográfico» de Oscar Paredes Morales, se retratan los abusos que un niño afrochoteño de los años sesenta tuvo que soportar en Quito debido a su color de piel. La escuela, que debería ser un lugar de aprendizaje, se convierte en su principal tormento, principalmente porque la presencia de sus ancestros está invisibilizada en la historia del país y por la rigidez de las estructuras preestablecidas. Este texto refleja las vivencias que han sufrido muchas personas afrodescendientes en nuestro país. Chala (2012) menciona que, según la encuesta sobre discriminación racial realizada por el INEC en 2004, la población afroecuatoriana e indígena son los grupos que más sufren racismo por su color de piel, especialmente en entornos laborales y administrativos (bancos, policía, entidades públicas).

Anabela Sánchez Villareal, arquitecta, especialista en Rehabilitación Urbana Arquitectónica y Valoración y Gestión de Centros Históricos, actual Responsable de la Unidad de Patrimonio del GAD Ibarra y docente universitaria, señala que las políticas actuales en la administración pública están enfocadas en la revalorización de la cultura afrodescendiente, la cual es parte integral de la interculturalidad presente en el cantón Ibarra. La Dirección de Cultura y Patrimonio del GAD Ibarra, implementa un plan orquestal, coral y de semilleros de música. En el cual músicos docentes se trasladan a las comunidades del Valle del Chota para impartir teoría musical a niños y adolescentes. Aunque estos jóvenes ya saben tocar instrumentos, la falta de habilidad para leer partituras y técnica instrumental puede limitar su desarrollo futuro. Se menciona que se está trabajando en integrar las acciones que permitan el desarrollo del turismo comunitario en el cantón.

En la actualidad existe una falta de coordinación entre los esfuerzos de las distintas direcciones del GAD Ibarra, lo que impide que las acciones desarrolladas se presenten como una política unificada y articulada en el trabajo en el territorio. Se debe mencionar que muchas veces las necesidades básicas de infraestructura deben ser atendidas antes que el turismo, lo que provoca que la vinculación con el patrimonio no sea integral, sino más bien de oportunidad. Además, se señala que la propia comunidad afrochoteña desarrolla proyectos que son presentados a la municipalidad a través de la Dirección de Participación Ciudadana, la cual los apoya en función de los recursos disponibles. Sin embargo, en muchos casos, las comunidades deben asumir los costos de sus proyectos para poder llevarlos a cabo y ofrecer servicios turísticos que no están integrados en una política de turismo formal. Es preciso señalar que, el GAD Ibarra cuenta con los insumos necesarios producto de una consultoría de Turismo que se realizó hasta el 2023, siendo tarea municipal articular todos los productos generados, en el Plan de Ordenamiento Territorial y PUGS, para que estos se conviertan en herramientas que favorezcan a las comunidades del cantón.

Por otro lado, cabe destacar que el turismo cultural formalmente establecido puede ser una herramienta valiosa mejorar las condiciones económicas de las comunidades del Valle del Chota. El racismo, la discriminación y la invisibilización han complicado las condiciones de vida de los afrodescendientes en muchos casos. Generalmente, cuando se da visibilidad a esta parte de la población, es a través de la crónica roja, lo que perpetúa ideas preconcebidas que impiden vivir en comunidad.

Imagen: 

Fotografía por MUNA Ibarra. Exposición «Territorios Vinculantes»

Referencias:

Chalá Cruz, J. F. (2012). Representaciones del cuerpo, discursos e identidad del pueblo afroecuatoriano (Master’s thesis).

Collahuazo, D., & Vinueza, S. (2010). Estandarización y mejoramiento del servicio de alojamiento comunitario (Doctoral dissertation).

CODESPA. (2010). Manual básico para las operaciones de turismo comunitario. Planes de negocios. Ecuador: Fundación CODESPA.

El turismo cultural y creativo hoy | UNESCO www.unesco.org/es/articles/el-turismo-culturaly-creativo-hoy

INEC. Censo 2022. https://www.censoecuador.gob.ec/informacion-geografica

Ministerio de Turismo Ecuador. www.turismo.gob.ec/category/gestión institucional

Mullo Romero, Esther del Carmen, Vera Peña, Víctor Manuel, & Guillén Herrera, Samuel Ricardo. (2019). El desarrollo del turismo comunitario en ecuador: reflexiones necesarias.

Revista Universidad y Sociedad, 11(2), 178-183. Epub 02 de junio de 2019. Recuperado en 20 de junio de 2024, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2218- 36202019000200178&lng=es&tlng=es.

Paredes Morales, O. (2017). De Sangre Azul – Testimonio autobiográfico. Ecuador: Ph ediciones.

Solis Carrión, D. (2007). Turismo comunitario en Ecuador. Quito: Abya – Yala

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *