Pedagogía en artes: entre la percepción universitaria y la realidad laboral

Artista o pedagogo, algunos estudiantes que eligen una carrera en artes se encuentran entre ambas opciones. La realidad es que el mercado laboral sigue siendo esquivo para este tipo de profesionales.

Por Geovanny Chávez*/@hsgabo

Como se planteó en un artículo anterior al respecto de las salidas laborales que poseen los estudiantes de artes, y artistas en general, la docencia es una de las principales opciones que se tienen.

Normalmente, la principal salida en este contexto corresponde a tres posibles opciones: la formación autónoma de cursos o talleres, o la educación privada, constituida por colegios, instituciones artísticas y similares que tienen entre sus metodologías de aprendizaje una construcción artística; las cuales, a su vez, son limitadas.

La última opción, corresponde al ejercicio público de docencia en instituciones educativas como escuelas y colegios públicos, donde el nombramiento de un docente se da por un concurso de méritos y oposiciones, así como una estricta revisión de sus capacidades, formaciones y experiencia.

Al mismo tiempo, y para reforzar las tres opciones, las recientes Universidad Nacional de Educación (UNAE) y la Universidad de las Artes (UArtes), han esquematizado procesos de formación pedagógica en artes, creando una licenciatura específica en el caso de la primera institución, y diversos itinerarios en pedagogía especializada para determinadas carreras artísticas en la segunda.

Sin embargo, las recientes modificaciones que se han hecho a las categorías de nombramientos docentes del Ministerio de Educación, pueden generar problemas al respecto de la contratación pública. Ante esta cuestión, se plantea una pregunta que, quizás, es pertinente al momento de pensar a futuro sobre las condiciones que los artistas, creadores o gestores tienen frente al sistema educativo ecuatoriano y sus exigencias: ¿Cómo se percibe, desde el arte, la pedagogía, y hacia quién está dirigida la misma?

Las reformas en las categorías: ¿Obstáculo o acierto?

En el presente año, uno de los mayores logros a nivel social fue el aumento salarial a todos los escalafones y categorías de docentes con nombramiento público en el Ministerio de Educación. En la página web del Ministerio de Educación, se puede encontrar una explicación detallada de lo que significan los escalafones del magisterio, y las categorías docentes que se tienen presentes.

Las categorías G, H, I y J tenían como característica común que, podían aplicar los

“docentes que ingresan con título de profesor o tecnólogo en áreas de educación o profesional de otras disciplinas”[1].

A primera vista, si bien el aumento representa un aspecto positivo para los docentes, las condiciones de acceso a estas categorías cambiaron significativamente. Ahora, el único nivel que permite tecnólogos en áreas de educación o profesionales, es el J, siendo el más bajo de todos; mientras que las otras tres especifican que se necesita “título de tercer nivel de grado o cuarto nivel en educación[2].

Esto representa un cambio, y a su vez, un problema significativo, para todos los profesionales del arte que no posean un título de tercer o cuarto nivel en educación. Esta modificación plantea unas interesantes preguntas: ¿A quién va dirigida la educación en artes? O más bien ¿Cuál es la utilidad de la educación en artes en una escuela o colegio público?

La perspectiva fuera de la institución: pensamientos docentes/estudiantes

Como motivo de este artículo, se realizaron dos entrevistas a un docente y una estudiante de la Universidad de las Artes. Ambos tienen procesos pedagógicos, y puntos interesantes sobre lo que se ha mencionado en este artículo.

En el caso de la estudiante, comentó que su itinerario de pedagogía comienza a partir del quinto semestre, siendo a su vez el más solicitado de la carrera. El enfoque en esta, además de la interpretación y creación artística, está fuertemente ligado a la enseñanza de la misma. Además de los contenidos típicos de un itinerario de pedagogía como la planificación de clase, algo que menciona la entrevistada, es la dirección con la que se busca ejercer una clase, y, sobre todo, a quién darle una clase:

No es como que simplemente repitamos o copiamos lo que hemos visto, sino que nosotros busquemos la forma de que lo que queremos expresar se entienda, porque claro, si nosotros damos una clase a nuestros compañeros, hay muchas cosas que ellos van a entender porque estamos en el mismo ambiente, pero si llevamos esa clase afuera tienen que cambiar cosas.[3]

Este punto es interesante, porque plantea una perspectiva donde es necesario pensar desde la creación artística, para planificar una clase dentro de un proceso educativo en artes. Esta perspectiva contrasta con el objetivo de la educación artística planteada por el Ministerio de Educación, ya que no se piensa a los estudiantes como futuros artistas, sino como espectadores o consumidores del arte.

Esto es consecuente con la pregunta sobre el enfoque estudiantil en clases de arte, donde responde:

“Personalmente, yo quiero decir que sería para futuros artistas”.[4]

Una conclusión parecida expone el docente entrevistado. Desde su punto de vista, no hay un valor específico al titulado en artes, o una valoración laboral al pedagogo en artes:

No se dice “ah, mira, tengo este perfil, un licenciado, en artes y humanidades o tengo un licenciado en creación teatral que me puede venir a aportar a mi institución”. No, sino más bien a ese profesor que tiene pocas horas y que no se le quiere botar.[5]

De igual manera, menciona cómo en el proceso que se tienen en los itinerarios de pedagogía hay un enfoque al que le parece más efectivo:

“se forman como artistas y complementan su formación artística con el itinerario pedagógico, quienes desean hacerlo (…) se necesita un artista sólido y construido y tal vez no alguien confundido entre ser pedagogo y artista”[6].

Las conclusiones son interesantes, porque muestran una probable problemática generada a partir de esta modificación a las categorías: los procesos pedagógicos en artes difieren según qué institución ofrezcan itinerario o licenciaturas.

Al depender de un título en educación, contenidos específicos en la creación, que requieren ser estudiados, pueden ser excluidos a favor de procesos curriculares que, si bien son importantes en un contexto educativo, limitan el proceso de aprehensión y creación que todo profesional en artes debe tener para poder enseñar correctamente una clase.

Bibliografía

Ecuador. Instituto Nacional de Estadística y Censo. Índice de precios al consumidor. Boletín Técnico No. 01-2021-IPC. , Quito: Instituto Nacional de Estadístia y Censo, 2021.

Ecuador. Ministerio de Educación. «COMUNICADO OFICIAL | Implementación del nuevo escalafón docente.» Ministerio de Educación. 2022. https://educacion.gob.ec/comunicado-oficial-implementacion-del-nuevo-escalafon-docente/ (último acceso: 26 de septiembre de 2022).

—. «Escalafón del magisterio nacional y sus categorías.» Ministerio de Educación. 2021. https://educacion.gob.ec/recategorizacion/ (último acceso: 27 de septiembre de 2022).

Notas al pie

[1] Ecuador. Ministerio de Educación. «Escalafón del magisterio nacional y sus categorías.» Ministerio de Educación: 2021, recuperado de: https://educacion.gob.ec/recategorizacion/

[2] Ecuador. Ministerio de Educación. «COMUNICADO OFICIAL | Implementación del nuevo escalafón docente.» Ministerio de Educación: 2022, recuperado de: https://educacion.gob.ec/comunicado-oficial-implementacion-del-nuevo-escalafon-docente/

[3] Geovanny Chávez. Entrevista realizada el 27 de septiembre del 2022.

[4] Entrevista realizada el 27 de septiembre del 2022.

[5] Entrevista realizada el 26 de septiembre del 2022.

[6] Entrevista realizada el 26 de septiembre del 2022.

*Geovanny Chávez. Licenciado en Creación Teatral por la Universidad de las Artes. Ha trabajado en el área de la creación siendo dramaturgo y actor de proyectos independientes en la ciudad de Guayaquil.

*Esta es una colaboración para la redacción de Cultura en Renglones.

*Las opiniones expresadas en este texto son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan la posición del Observatorio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *