Regalar arte contemporáneo: las ferias por fin de año en dos galerías de Guayaquil y Quito.

Las ferias de arte contemporáneo buscan promover, difundir y comercializar obras de artistas visuales durante la época navideña y próxima al cierre de año. Pinturas, dibujos, grabados, esculturas, fotografías, nuevos medios, entre otros, están disponibles. ¿Cómo se mueve este mercado en Guayaquil y Quito? ¿Es rentable para las galerías? ¿Qué tan importante es el certificado de autenticidad en una obra de arte? En esta entrega, conversamos con tres agentes de galerías y con el fundador de una plataforma que formaliza la escena contemporánea.

Por Lorena Falconí*/ @lorenafalconi

Cuando hablamos de “lo contemporáneo” nos referimos a lo actual, lo nuevo, lo de hoy. En su texto El arte contemporáneo en Ecuador: espacios y protagonistas (2021), la investigadora María del Carmen Oleas afirma que “definir conceptualmente el arte contemporáneo ha ocupado a filósofos, teóricos e historiadores del arte al menos desde fines de los años sesenta del siglo pasado. (…)”. No vamos a enfocarnos en pormenorizar una cronología, sino más bien en partir con lo que Oleas sostiene: “En general, se entiende al arte contemporáneo como un concepto que abarca la producción artística reciente junto con las nuevas formas de pensarla y exhibirla.”. 

Pero ¿cómo nos aproximamos al arte y su mercado? Quizás concibiendo a las obras como bienes artísticos y la dinámica que estos generan. Belmonte, Martínez y Sánchez (2016) afirman:

Las obras de arte siempre han sido productos puestos en venta, pero nunca de una forma tan clara como en el último cuarto del siglo XX. El arte se ha desenmascarado como una inversión a futuro y a pesar de las dificultades económicas actuales, continúa apreciándose como un valor en alza. Tal y como cita el profesor Coca Pérez, los bienes de colección son objetos que, por su singularidad, presentan un interés especial para los coleccionistas. Hecho que parece suficiente para mantener esa demanda constante. (p. 16)

El mercado del arte ¿al alcance de todos?

Belmonte, Martínez y Sánchez se decantan por la apertura que ha vivido el mercado del arte a todas las clases sociales y al público en general en las últimas décadas, y al rol concatenado de los medios de comunicación en su difusión; el variopinto rango de precios y sus medios de distribución (ferias, galerías, subastas, etc.) para llegar a los coleccionistas. Sin embargo, esto depende de cada marco geográfico, de los modos de producción y circulación de las obras y la evolución de los mercados. 

Así pues, David Orbea, cofundador de la galería independiente Espacio Onder de Guayaquil, indica que la clave ha sido abrirse al bolsillo de nuevos públicos con precios asequibles a través de la feria de arte “Delfín” llevada a cabo en diciembre de cada año y que en 2022 celebra su tercera edición. 

Ecuador: los mercados del arte en Guayaquil y Quito

Conozcamos un fragmento sobre el mercado del arte en Guayaquil y Quito desde la mirada de dos agentes/galeristas.

David Orbea [1], de Onder, enuncia que

«Para mí, sí hay un mercado del arte en Guayaquil.».

y asegura que tomó fuerza desde la pandemia del COVID-19. Explica que el número de compradores se ha incrementado favorablemente con fines decorativos o por la temporada navideña. Por otro lado, los coleccionistas con un criterio estético definido continúan adquiriendo obras en su galería, aunque en menor grado que los mencionados consumidores.

Orbea percibe que el mercado del arte en Quito tiene un menor número de clientes frente al guayaquileño, quizás porque las galerías, espacios o gestores no tienen entre sus prioridades un pico de ventas como fuente de ingreso principal, sino una determinación hacia otras estrategias para catapultar sus exhibiciones. 

En el caso de Martina Avilés [2], productora de N24 Galería de Arte, declara lo siguiente:

«El mercado del arte en Quito es bajo, hay mucha desconfianza en la compra de obras de arte.«.

Pero cree que pese a cierta desconfianza para la compra de obras, los turistas extranjeros que frecuentan algunos espacios culturales sí adquieren arte.

Avilés expresó que Guayaquil se ha caracterizado por tener una tradición pictórica aún vigente. Pinturas de gran formato son mercantilizadas a precios muy altos mientras que en Quito las creaciones son más experimentales y no logran ser vendibles para el coleccionismo privado, pero llaman la atención de museos, centros de arte, ferias y residencias.

Orbea y Avilés coinciden en que el comportamiento de ambos mercados es muy distinto y que el interés por conformar colecciones privadas de arte se ha acrecentado más en Guayaquil que en la capital.

Las ferias de arte

Otras formas de pensar y de mostrar las obras de arte contemporáneo en Ecuador, nos conducen a dos ferias de arte próximas a la Navidad y el Fin de Año: la Feria ‘Delfín’ de Espacio Onder en Guayaquil y la Feria de Arte de N24 Galería de Arte  en Quito.

Ambas ferias nacieron hace tres y cuatro años con el propósito de ofrecer una variedad de obras de artistas de trayectorias diversas con liquidaciones atractivas tanto para los coleccionistas como para las nuevas audiencias que buscan obsequios y tienen inclinación por el arte contemporáneo. La difusión de estos eventos se lleva a la práctica desde sus redes sociales: 

Fuente: Facebook de espacio Onder (Guayaquil)

Fuente: Facebook de N24 Galería (Quito)

El siguiente cuadro comparativo resume las propuestas efectuadas por las dos galerías para el último mes del año:

Fuente: Elaboración propia basada en las entrevistas realizadas a David Orbea y Martina Avilés

Dentro del circuito de galerías independientes hay transacciones comerciales formales e informales que evidencian un crecimiento de la escena de las artes visuales, en especial del arte contemporáneo. Ante esto, ¿sería necesaria una oficialización de algunas de estas prácticas?

El comportamiento del mercado del arte en Ecuador y la formalización de la escena contemporánea

En palabras de Juan Javier Canessa [3], director y fundador de la plataforma colaborativa Vertical Sociedad de Arte, dicho crecimiento no estaba siendo acompañado de una formalización de la escena, lo que generó inquietudes en su equipo de profesionales de distintas ramas (derecho, finanzas, economía, asuntos tributarios/contables, gestión de negocios/proyectos) quienes actualmente brindan asesoría  a todos los actores de la cadena del sector artístico. Canessa ratifica:

“El arte, como tal, ya no puede sostenerse solamente en un concepto de talento o en un concepto de lo estético, (…) el rol del artista es un oficio y tiene que asumirlo desde lo profesional”.

El significado de la formalización de la escena

Canessa asevera que hoy en día el arte tiene que crecer de manera ordenada, formal y estructurada. Por consiguiente, los actores de la escena contemporánea (artistas, coleccionistas, galerías, curadores, gestores, museos, etc.) también deberían sumarse al proceso. 

Entre las prácticas formales que destaca están: 

  • La transparencia de las transacciones comerciales 
  • La certificación de autenticidad de las obras
  • La instrumentalización de los procesos de certificación, inventario, catastro, registro de obras
  • El aseguramiento de bienes artísticos (obras de arte)

¿Para qué transparentar las transacciones?

Canessa insiste en que el primer paso es emitir un documento que asegure, a través del tiempo, que la obra es auténtica: “la certificación de una obra no es una novelería (…) sino que le da certeza al mercado de que la obra es verdadera.”.

El segundo paso es transparentar las transacciones: pagos formales, entregas de facturas, registros de la venta, catastros, inventario de las obras, etc. 

Acota lo delicado que puede llegar a ser el sector del arte en los países desarrollados: 

“(…) el arte está visto como un sector bastante sensible por temas de lavado de activos, por temas de recursos sucios del mercado negro de tráfico de armas, narcotráfico (…).”

De ahí la importancia de que la transacción sea limpia en esos territorios: “no puedes vender una obra de arte (…) si no tiene un certificado, o un contrato o una factura, o un registro o un documento de recibo del coleccionista”. 

De manera que, esta sistematización de las prácticas alrededor de las artes visuales serían el mecanismo para entrar en el mercado internacional o no. Por eso, Canessa refuerza su visión con la siguiente expresión:

“Los mercados del arte exigen del artista una formalización y un valor agregado a su trayectoria y a sus creaciones, si el artista no lo entiende y el mercado no lo entiende, lamentablemente el artista se comienza a quedar atrás.”.

La transparencia en los procesos contemporáneos referida por Canessa, es uno de los elementos del Decálogo de Buenas Prácticas Profesionales en las Artes Visuales incorporado en el Manual de Buenas Prácticas para las Artes Visuales publicado en el 2014 por Arte Actual FLACSO en el en el marco del Tercer Encuentro Iberoamericano de Arte, Trabajo y Economía «una firma es acción, dos firmas son transacción». 

En el citado manual, se especifica: “La transparencia que implica que las partes estén al corriente de toda la información relativa a la actividad en la cual participan, así como también, de las transacciones económicas y simbólicas que involucran los procesos artísticos.”.

Así, se establecen principios en las relaciones profesionales en el ámbito del arte contemporáneo.

El precio de las obras

Según Belmonte, Martínez y Sánchez (2016):

Son varios los factores o atributos de los bienes artísticos y de colección que en mayor o menor medida influyen en sus precios. A los ya mencionados como el marco geográfico o las legislaciones locales, añadiremos el tipo de obra, autoría, calidad, material en que se haya fabricado, datación, características técnicas y formales, etc. (…) dentro de esos mercados, también influirá en el precio, el prestigio de la casa de subastas, galería, etc., responsable de la venta del objeto. (p. 20)

Este enunciado, encaja parcialmente con el de Tayron Luna [4], cofundador de la galería Taller Maldonado y de la tienda de arte Mezzanine Taller Maldonado de Guayaquil. Luna atestigua que la misión de su espacio ha sido exhibir los trabajos de artistas visuales nacientes y vender sus obras de forma permanente. Asimismo nos contó cómo se obtiene el precio de una obra de arte.

“El precio regularmente lo sugiere el artista, pero nosotros mediamos a través de un promedio sobre su trayectoria, si es un artista emergente sugerimos que comiencen con precios pequeños”.

Acota que, además de la trayectoria, exploran en el mercado otras obras de similares características (tamaño, formato, técnica). Finalmente el artista decide si subir o bajar el precio en coordinación con el espacio expositivo.

Desde el punto de vista de Canessa es irrefutable que la obra de arte que tenga un certificado de autenticidad y esté sujeta a los procesos de transparencia va a costar más que una obra que no. Por ejemplo, la obra de un artista emergente puede llegar a tener un 15% o 20% más de valor gracias al certificado. 

¿Es rentable hacer una feria de arte al final del año?

De acuerdo con David Orbea sí es rentable realizar la feria de arte al final del año debido al impulso de dar regalos por parte de la mayoría de los consumidores con precios que no excedan los USD 500. En cambio, Martina Avilés (N24) opina que los patrocinadores y auspiciantes son la base para continuar con la gestión de la galería. Si bien en la cuarta edición de la feria de N24 se han generado más ventas que en las anteriores, aún se espera que el mercado del arte de la ciudad de Quito pueda agrandarse.

Algunas predicciones para la escena

Acorde a Orbea, es positiva la creación de pinturas en Guayaquil, aunque este único formato puede crear un problema a corto plazo, tal vez por un interés comercial subyacente. 

En cuanto a Canessa, el momento actual refleja un crecimiento (creativo y comercial) de la escena que es necesario aprovechar incorporando prácticas formales, de lo contrario “se nos puede pasar la ola y darnos cuenta que nos quedamos estancados con un mercado cautivo, no en crecimiento sino en una inercia.”.

Finalmente, Avilés tiene la esperanza que el mercado del arte se siga expandiendo no solo en Quito, sino en todo el país.

*Lorena Falconí

@lorenafalconi

(1982). Gestora cultural y jazz lover. Colaboradora del Observatorio de Políticas y Economía de la Cultura.

*Las opiniones expresadas en este texto son de exclusiva responsabilidad de su autora y no representan la posición del Observatorio.

Nota

Las dos obras en primer plano de la foto de portada pertenecen a la serie «Land in scape» del artista visual David Salazar Velarde.

Notas al pie

[1]  Entrevista realizada a David Orbea el 19 de diciembre de 2022.

[2]  Entrevista realizada a Martina Avilés el 19 de diciembre de 2022.

[3]  Entrevista realizada a Juan Javier Canessa el 15 de diciembre de 2022.

[4]  Entrevista realizada a Tayron Luna el 15 de diciembre de 2022.

Referencias

Belmonte, A. V., Martínez, J. P., & Sánchez, M. P. L. (2016). La rentabilidad de las obras de arte. Estudio de los entornos propicios para la venta de bienes artísticos y de colección (1st ed.). Dykinson, S.L. http://www.jstor.org/stable/j.ctt1k85867

Oleas Rueda, M. D. C. (2021). El arte contemporáneo en Ecuador: espacios y protagonistas.. FLACSO Ecuador. https://elibro-net.eu1.proxy.openathens.net/es/lc/uoc/titulos/188713

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